El 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, por esta razón, platicamos con la red de Mujeres Psinfronteras, un proyecto de psicoterapia fundado por Valeria Sánchez durante la pandemia, cuando todas las personas enfrentamos el gran reto de cuidar de nuestra salud mental ante la crisis de incertidumbre que vivíamos.
Valeria Sánchez, Krystell Soloveichik y Melanny Hoffman, integrantes de la red, nos explicaron en qué consiste la terapia feminista, qué podemos esperar cuando vamos a una y cómo empezar a escuchar y validar lo que sentimos.
¿Por qué la salud mental siempre ha sido vista como un tema de género?
Históricamente ha habido un gran sesgo y patologización de las experiencias y emociones de las mujeres. Krystell Soloveichik, terapeuta Gestalt, explica que desde siempre la salud mental se ha visto desde el género de las personas:
“Desde que estaba Freud viendo qué onda con la salud mental lo que brotaba es la histeria, que es toda esta parte de la mujer loca, toda esta parte de la mujer intensa, toda esta parte de la mujer enferma. Entonces nos empieza a vender a las mujeres como enfermas por el hecho de ser mujer”.
Actualmente ya no se ve así, pero sí se han perpetuado prácticas violentas en la psicología. Una terapia feminista y con perspectiva de género aporta una escucha y empatía muy distinta a la que un terapeuta hombre de 50 a 60 años pueda dar, explica la especialista en salud mental.
“Yo actualmente sigo teniendo pacientes que llegan conmigo y me dicen: ¿Ah, cómo? ¿Era así? Es que nunca había podido decir estas cosas con ningún terapeuta, porque nunca me había sentido sin que me estuvieran juzgando”.
¿Cómo es tomar terapia con la red de Mujeres Psinfronteras?
Mujeres Psinfronteras es un una red que ofrece servicios de psicoterapia desde un enfoque feminista para poder entender y visibilizar las violencias que afectan a las personas desde un nivel social y no como algo que ocurre de manera individual.
“Es escuchar un poco más allá de lo que nos están contando, entender que toda la violencia y todo lo que le atraviesa -a la persona- viene desde un aspecto mucho más grande; es el Estado, es la sociedad, es la educación y todo lo que se nos ha impuesto específicamente como mujeres”, explica Melanny Hoffman, psicóloga integrante de la red.
La terapia debe ser un espacio donde las personas se sientan cómodas de hablar, sin sentir que habrá una repercusión. Sin embargo, la terapeuta explica que es importante no romantizar el proceso, porque hay cosas que nos van a confrontar.
Además, así como buscamos opiniones de doctores, también debemos hacer una búsqueda para encontrar a la terapeuta con la que nos sintamos cómodes.
Hacer psicoterapia con perspectiva feminista es un proceso de justicia social
La psicoterapia, a lo largo de la historia, ha seguido enfoques sumamente patriarcales y capitalistas, con una visión muy centrada en la óptica del hombre, explica Valeria Sánchez.
La psicología, incluso hoy en día, no tiene mucho que decir acerca de las mujeres que aportaron con sus investigaciones. La fundadora de Mujeres Psinfronteras menciona que las pocas psicólogas que han destacado por sus investigaciones no son nombradas en las universidades, sino que “después tú las investigas y ya las reconoces, pues han sido muy invisibilizadas”.
“Creo que el enfoque feminista es necesario porque es parte de un proceso de justicia social que la psicología le debe a la mujer”.
¿El autocuidado es una imposición?
El trabajo de cuidados va de la mano de una sobrecarga de labores no visibilizadas ni remuneradas, como el cuidado de les hijes, de personas enfermas, la limpieza del hogar o el preparar comida. ¿Debemos añadirle a éste la carga de autocuidarnos?
Ahora se ha vuelto una tendencia el deber de autocuidarnos, además de tener la obligación de cuidar a otras personas; pero cuando hacemos conciencia de todas las responsabilidades que tenemos y de cómo sí se nos sobrecargan, podemos asumir que autocuidarse no es una tarea fácil, responde Melanny Hoffman.
“Hay que tenerle mucho cuidado al autocuidado, porque también es una imposición”.
Lo que podemos hacer para contrarrestar la presión de autocuidarnos es darle un espacio a la angustia y a los sentimientos que nos genera tener que hacernos cargo de tantas responsabilidades, menciona la terapeuta de Mujeres Psinfronteras.
“Es comprender toda la dificultad que trae cuidar al otro y lo importante que es eso y dejar que, si quiero llorar porque estoy frustrada, porque estoy enojada (…) y aparte me están diciendo que estoy loca y que no debería de llorar o que no debería de actuar así, pues sí, termina siendo algo bastante angustiante”.
Krystell Soloveichik advierte también sobre el peligro de seguir consejos en redes sociales de personas que no son especialistas en salud mental. Sobre todo porque puede llevarnos a romantizar cosas que nos imponen todavía más presión, como es el caso del autocuidado o del amor propio.
“El amor propio en realidad duele, el amor propio en realidad es un proceso muy complicado y muy difícil y sobre todo muy doloroso (…) y de pronto escuchas por todos lados hablar de amor propio y dices: ¿pues estoy muy mal por no tener amor propio si está tan bonito y todo están padre?”, menciona Krystell Soloveichik.
¿Cómo contactar a la red de Mujeres Psinfronteras?
El contacto es a través de su cuenta en Instagram: @mujeres.psi.nfronteras, por ese medio se detecta el motivo de la terapia feminista y se define quién de ellas sería la adecuada, por su formación, para brindar el servicio.
El siguiente paso consiste en el envío del contacto de la terapeuta de Mujeres Psinfronteras. Esto resulta importante porque involucra que la persona “asuma desde el inicio su responsabilidad y el asumir la responsabilidad es evidentemente hacerte cargo de yo pedirle ayuda”, menciona Valeria Sánchez.
Así mismo, cuentan con un programa de becas y medias becas para mujeres que tienen necesidad de tomar terapia pero que sus contextos socioeconómicos no se los permite. Te invitamos a escribirles para solicitar información.