La reciente detención de Alejandro “N”, conocido públicamente como Alex Marín, una figura reconocida en la producción y creación de contenido para adultos, ha puesto bajo los reflectores un tema profundamente preocupante: la trata de personas y explotación sexual , particularmente grave cuando involucra a menores de edad.
Este caso, tal como lo presenta la Fiscalía de Jalisco , nos obliga a mirar más allá de la controversia mediática y abordar las estructuras de poder y explotación que pueden operar en la industria del contenido para adultos .
¿Por qué detuvieron a Alex Marin ?
De acuerdo con la Fiscalía del Estado de Jalisco, Alex Marín fue detenido en Puerto Vallarta por su presunta responsabilidad en la explotación sexual de una adolescente de 16 años. Las investigaciones sugieren que habría utilizado una relación sentimental con la menor para presuntamente involucrarla en encuentros sexuales con terceros a cambio de dinero. También se le acusa de grabar estos actos y difundirlos en plataformas digitales dedicadas al contenido para adultos.
La denuncia, crucial para iniciar la investigación, fue interpuesta por los familiares de la menor al descubrir el material en línea. La Fiscalía detalla que Alex Marín habría utilizado manipulación emocional y engaño para incorporar a la víctima en una red de explotación sexual con grabaciones, difusión de pornografía y beneficio económico a costa de su integridad.
¿Qué pena podría enfrentar ?
Este caso es particularmente grave bajo la ley de Jalisco. Desde marzo de 2023, el Código Penal del estado se armonizó con la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas, permitiendo penas más severas, especialmente cuando la víctima es menor.
El Artículo 13 de esta ley establece que quien se beneficia de la explotación sexual o pornografía engaño mediante o abuso de poder puede conllevar de 15 a 30 años de prisión .
Lo que agrava significativamente este caso es la edad de la víctima: si la víctima es menor de edad, la ley considera cualquier tipo de aprovechamiento sexual como explotación directa , sin necesidad de demostrar engaño o violencia. Esto coloca el caso de Marín en una situación particularmente grave.
Además, someter a alguien a actos pornográficos o participar en su producción con fines de lucro se castiga con 10 a 15 años (Artículo 14). El uso de plataformas digitales y redes sociales agrava la situación jurídica del acusado.
Si se comprueba que Alex Marín recibió beneficios económicos a partir de la difusión del material , también podría aplicarse el Artículo 15, que impone de 5 a 15 años de prisión a quienes comercien o distribuyan contenido con beneficio económico.
Sumando las posibles imputaciones y agravantes (uso de menores , difusión digital , beneficios económicos), Alex Marín podría enfrentar entre 15 y hasta 60 años de prisión , dependiendo del número de agravantes y del criterio del juez.
La pena mínima por trata de personas con multas de explotación sexual es de 15 años, pero puede elevarse. Jesús Pablo Lemus Navarro, gobernador de Jalisco incluso ha hecho un llamado a la población para denunciar a Alex Marín si conocen otros casos relacionados con la explotación de menores para contenido sexual.
La pornografía como "escuela machista"
México ocupa el sexto lugar en consumo de pornografía a nivel internacional, de acuerdo con el informe 2022 de Porn Hub, el sitio líder en contenido para adultos con al rededor de 130 millones de visitas diarias. El 34% de los consumidores son jóvenes de 18 a 24 años y el 92% del tráfico registrado por el sitio proviene de teléfonos celulares.
La investigación de Gendes No por ser hombre: Masculinidades, pornografía y relaciones afectivo-eróticas, señala que alrededor del 10% de los hombres consumen pornografía desde los 10 años.
La organización especializada en promover relaciones igualitarias entre mujeres y hombres menciona que la pornografía , especialmente el acceso temprano facilitado por internet ("nueva pornografía "), juega un papel en la socialización de los jóvenes, influyendo en su comprensión de la sexualidad y las relaciones. Funciona como un espacio donde los adolescentes "encuentran ese acercamiento a determinado conocimiento sobre sexualidad" y acceden a un aprendizaje de la masculinidad.
Si bien la investigación no encontró una relación directa entre el consumo de pornografía y la realización de determinadas prácticas sociales, sí identifica un rol de orientación del deseo masculino que puede verse acompañado por otros factores sociales.
La investigación sugiere que la pornografía puede "encaminar a los hombres a determinadas prácticas o deseos de sexualidad heterosexual que promovía la violencia y una sexualidad autocentrada", que se enfoca solo en el deseo de los hombres. Puede generar problemas para entender el deseo de las mujeres y construir referentes poco realistas de la feminidad, además de tender a reproducir creencias machistas y misóginas.
De acuerdo con la investigación Aggression and Sexual Behavior in Best Selling Pornography Videos, el 88.2% de las escenas de pornografía más populares contiene violencia o agresión física, mientras que el 48.7% contiene agresión verbal.
Cuando esta "orientación del deseo" se combina con el poder, la manipulación y la búsqueda de beneficio económico, como se alega en el caso Marín, el resultado puede ser la criminal explotación sexual.