¿Te has preguntado alguna vez sobre esa conexión tan profunda entre tu pareja, hermano o amigos y sus "compas"? Esa relación que parece ir más allá de una simple camaradería, pero que a veces te deja pensando... ¿qué hay realmente ahí? El término "bromance" ha surgido para intentar definir este tipo de vínculos.
Para comprender mejor este concepto, entrevistamos a Jorge Zetina, responsable de prevención de GENDES, una organización que promueve la construcción de relaciones igualitarias.
¿Qué es el bromance?
Según nos explicó Jorge Zetina, el "bromance" es un término que, aunque no es tan reciente, se utiliza para describir una relación afectiva y estrecha entre hombres que se mantiene dentro del marco de la heterosexualidad. Incluye una intimidad emocional, la posibilidad de mostrarse vulnerables en ciertos momentos, expresar apoyo, y expresar afecto a través de gestos físicos.
Es importante decir que estas muestras físicas no tienen una connotación sexual explícita; a menudo se esconden bajo la forma de juegos, bromas o contacto físico estrecho que no se interpreta como interacción sexual.
Matt Pinkett, un escritor inglés, describe el bromance como un híbrido de "brother" (hermano) y "romance", una relación platónica, no romántica, entre dos hombres que se quieren y están dispuestos a expresar ese amor mutuo. Es una amistad íntima, no sexual, entre hombres.
¿Desafía realmente la masculinidad tradicional?
A primera vista, pareciera que el bromance cuestiona o rompe con los parámetros tradicionales de la masculinidad, donde se espera que los hombres sean competitivos, emocionalmente restringidos y limitados en el contacto cercano debido a la homofobia.
Sin embargo, el bromance les permite a los hombres expresar afecto, ser considerados el uno con el otro, y tener este tipo de relaciones cercanas que rompen con esas limitaciones.
La psicóloga Liney Giraldo añade que la sociedad ha enseñado a hombres y mujeres cómo comportarse según estereotipos, y quien los rompe es juzgado o señalado. Muchos hombres limitan sus expresiones afectuosas por miedo a sentirse "menos hombres".
El bromance podría ser una "libertad de expresión masculina", una puerta hacia la afectividad que les permita liberarse de presiones y estigmas. Sin embargo, aquí radica la complejidad que señala Jorge Zetina: aunque pareciera desafiar las normas, el bromance a menudo no deja de reafirmar el orden heterosexual.
Las muestras de afecto entre hombres solo parecen ser aceptables en un contexto de amistad o hermandad, no como una relación erótico-afectiva. El problema de fondo, según Zetina, es que cuando los hombres muestran afecto fuera de este marco de bromance, puede ser juzgado socialmente como en los límites de la homosexualidad. Este es el elemento que, en ocasiones, termina reafirmando este orden social del género.
Algo que podría ser una grieta en el patriarcado, puede colarse también como un reforzador. Es esta dualidad lo que hace que el concepto sea complejo; puede jugar ambos roles según el contexto.
Afecto con hombres vs. afecto con mujeres: ¿hay diferencias?
Una pregunta que surge es si los hombres demuestran afecto de igual manera a las mujeres en relaciones heterosexuales que a sus amigos cercanos. Jorge Zetina conecta esto con la necesidad de sostener la heterosexualidad.
En las relaciones con mujeres, frecuentemente persiste la necesidad de mantener el orden y los roles de género establecidos; el hombre siente que debe demostrar su fuerza, poder y capacidad para imponerse.
En cambio, con los amigos hombres, si bien las dinámicas de poder pueden estar presentes de otras formas, hay espacio para ciertas expresiones de afecto porque se asumen desde el juego.
El problema, según Jorge Zetina, es que en lugar de tomarse en serio el afecto entre hombres y mostrar ese amor o cariño de forma seria, se sigue entendiendo desde lugares de juego. Es una forma poco seria de entender el amor. Es por eso que, en las relaciones heterosexuales con mujeres, cuesta trabajo expresar cariño, amor o vulnerabilidad de forma abierta y honesta.
Con los amigos, parece más sencillo porque se asume como algo irónico, de juego, o "porque así nos llevamos", y no se asume como algo real. Paradójicamente, aunque hay estas expresiones constantes y cercanas entre hombres (incluso usando términos como "mi amor" o "chiquito" en tono de broma), muchos hombres expresan sentirse solos al final del día, porque esas relaciones no son realmente íntimas o 100% vulnerables.
La corporalidad y el poder
Otro aspecto llamativo es la presencia de contacto físico que puede parecer sexual (como tocar genitales o pellizcar pezones). Jorge Zetina explica que esto es paradójico, ya que la homofobia limita la interacción sexualizable entre hombres, pero estas acciones ocurren.
En realidad, estas conductas están más relacionadas con juegos de poder. Es una forma de demostrar que pueden invadir el cuerpo del otro, reafirmando una competitividad ("a ver quién llega más lejos").
Aunque parezcan conductas sexualizables, están más en el ámbito de la invasión, el control, el poder o la dominación, funcionando como machismos cotidianos entre hombres que están tan normalizados que se asumen como algo natural. Sin embargo, esto puede escalar y terminar en problemas o ejercicios de violencia mayores.
Bromance y el pacto patriarcal
Quizás el punto más crucial es el papel del privilegio masculino en el bromance. Jorge Zetina enfatiza que, si bien puede parecer que cuestiona las relaciones entre hombres, en realidad en muchas ocasiones termina adhiriéndose al pacto patriarcal. Esto refuerza las relaciones de poder entre hombres y deja de lado la participación de las mujeres u otras identidades no masculinizadas o hegemónicas.
A menudo, cuando se habla de bromance, especialmente en figuras públicas, se trata de hombres con poder. Esto nos lleva a cuestionarnos qué tipo de hombres pueden tener estas relaciones y a cuáles se les diría que sonhomosexuales o no se aceptaría que se relacionen así. Además, ¿qué efectos tiene para el entorno? Estas "cofradías" o "clubes de Toby" excluyen a otras personas.
La pregunta fundamental, para Jorge Zetina, es: ¿por qué los hombres no pueden expresar afecto, empatía, amor, vulnerabilidad hacia otras identidades diversas?.
El experto menciona que la vulnerabilidad que establecen entre hombres a través del bromance queda entre comillas porque no se puede expresar con mujeres, con otros hombres que no cumplen la norma y que retar el orden patriarcal sería poder expresar esa afectividad hacia la diversidad de identidades.
La buena noticia es que Jorge Zetina cree que sí puede existir una amistad auténtica y significativa entre hombres, que tenga un vínculo real, donde puedan hablar de sus emociones y pensamientos, una conexión auténtica más allá del pacto patriarcal.
Es algo posible, aunque muy complicado. La dificultad radica en el contexto: en ciertos espacios es más fácil ser vulnerable y cercano, pero en otros, bajo la presión social de otros hombres, terminan cediendo y regresando al pacto o colusión.
Para que sea sostenible, el experto señala que no basta con tener una amistad con un hombre con el que sí puedan relacionarse de esa manera, sino que es necesario buscar la forma de que todas las amistades con hombres se basen en principios de igualdad, empatía, vulnerabilidad y cuestionamiento a los roles machistas. Se trata de transformar esas relaciones.
Jorge Zetina también señala que, si bien el bromance puede incluir ciertos cuidados emocionales tradicionalmente cubiertos por mujeres, a menudo faltan otros cuidados materiales como limpiar, preparar alimentos, por lo que, para que las relaciones entre hombres desafíen realmente los órdenes sociales machistas, deberían incluir también estas otras formas de cuidado que sean contraculturales y cuestionen el orden de género.