Este 1 de septiembre marca la entrada en vigor de la Norma Oficial Mexicana (NOM) 020-SSA-2025, un instrumento que busca regular los establecimientos de salud y el reconocimiento de la partería en la atención integral materna y neonatal en México.
Aunque la Secretaría de Salud ha enmarcado esta normativa como un paso crucial para reducir la mortalidad materna y asegurar los derechos reproductivos, diversas voces del gremio de parteras, entre ellas Hannah Borboleta, directora de Morada Violeta, advierten que la implementación de la norma, tal como está escrita, podría ser “catastrófica” y limitar la autonomía de su práctica.
¿En qué consiste la NOM-020 y cómo se aprobó?
La NOM-020-SSA-2025, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 4 de marzo de 2025, tiene como objetivos definir las características de los establecimientos de salud, establecer criterios para la práctica de la partería e impulsar el reconocimiento y la vinculación de la partería tradicional en el Sistema Nacional de Salud. Su campo de aplicación es obligatorio en todo el territorio nacional para los sectores público, social y privado que brindan atención materna y neonatal.
En entrevista para La Cadera de Eva, Hannah Borboleta, partera y directora de Morada Violeta, crítica el proceso de creación de la norma, señalando que las implicaciones negativas comenzaron desde su génesis. A pesar de que parteras fueron invitadas a participar en las mesas de trabajo, sus aportaciones fueron, según ella, ignoradas.
Afirma que el borrador final que entregaron las parteras era “muy diferente a lo que al final se publicó como primer borrador”. Para ella, esa invitación fue solo un gesto simbólico para avalar lo que el gobierno ya pretendía aprobar, sin un diálogo horizontal ni un interés real en escuchar al gremio.
El proceso de aprobación tampoco fue transparente, asegura la directora de Morada Violeta. Aunque se recibieron más de 300 comentarios por parte de la comunidad, el gobierno los contestó “en tiempo récord” y sin la comunicación prometida. Borboleta sostiene que esto evidencia una agenda clara: “les daba igual, su dirección era esa norma va a pasar”.
¿Por qué es polémica la NOM-020?
Uno de los puntos más conflictivos para las parteras autónomas es la clasificación que establece la norma. La NOM-020-SSA-2025 distingue entre “partería profesional” (aquellas con formación académica en enfermería y obstetricia o licenciatura en partería) y “parteras tradicionales” (exclusivamente indígenas y afromexicanas).
Sin embargo, las parteras con formación no escolarizada o incluso con títulos universitarios de partería obtenidos en otros países son catalogadas como “personal no profesional autorizado para la prestación de servicios de partería”.
Para Borboleta, esta designación es profundamente discriminatoria. Enfatiza que las parteras autónomas y tradicionales poseen competencias que, según estándares internacionales, son superiores, pero el gobierno, al establecer una distinción de “profesión” frente a “oficio”, desvaloriza su trabajo.
“Las parteras tradicionales también son profesionales de su campo. O sea, ¿con qué cara me dices que yo no soy profesional?” (Hannah Barboleta, directora Morada Violeta)
Además, Borboleta califica a las escuelas de partería que el gobierno reconoce como “una farsa” debido a la falta de campo clínico y de docentes parteras, lo que obliga a los estudiantes a aprender bajo el modelo médico convencional en lugar de la partería.
Argumenta que no se puede ejercer la partería en un hospital por falta de condiciones adecuadas y que el gobierno no ha establecido procesos claros para registrar casas de partería ni ha definido quién impartirá los cursos de formación continua prometidos.
¿Cuál es la postura oficial?
Desde la perspectiva oficial, la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud, a cargo de Ramiro López Elizalde, fundamenta la NOM-020-SSA-2025 en diversos artículos constitucionales que garantizan el derecho a la salud y reconocen los saberes de los pueblos y comunidades indígenas, incluida la partería tradicional.
Además, señala que se busca reducir la mortalidad materna y neonatal, que entre 1990 y 2023 disminuyó en 57.3% y 49.2% respectivamente, aunque aún persisten retos, especialmente en zonas rurales e indígenas.
En esta nota, Hilda Eugenia Argüello Avendaño, secretaria técnica del Observatorio de Mortalidad Materna en México, si bien reconoce el debate que ha generado la NOM-020, destaca su potencial impacto positivo. Subraya que la norma es un instrumento clave de política pública porque “detalla un listado de insumos y medicamentos que deben tener los centros de salud y todos los lugares que atiendan partos, incluidas las unidades de primer nivel”.
Para ella, esto permitiría a la ciudadanía exigir la disponibilidad de estos recursos, fortaleciendo el primer nivel de atención y contribuyendo a la atención primaria de emergencias obstétricas.
¿Qué sigue?
A pesar de las intenciones declaradas por el gobierno, Borboleta advierte que la aplicación de la norma tal como está escrita será “catastrófica” para las parteras y para las mujeres, al “cerrar opciones” e imponer un modelo hegemónico. En su opinión, la NOM-020 “violenta varios derechos” de las mujeres, los bebés y las parteras, incluyendo el derecho a una profesión.
Ante este escenario, las parteras se están organizando y planean “seguir haciendo ruido” y denunciando la discriminación, recordando que “la partería es una profesión mucho más y mucho más vieja que esta norma”. Buscan diversificar la lucha y el diálogo, colaborando con familias y usuarias de sus servicios para exigir una diversidad de opciones en la atención del parto.
Borboleta concluye que la regulación de la partería en otros países ha llevado a la pérdida de derechos para mujeres y parteras, y que México no es la excepción en esta “crónica de una muerte anunciada” de la partería autónoma.