Detrás de las paredes de una casa en el barrio patrimonial “Paris-Londres”, en Santiago de Chile, se esconde una historia de dolor, resistencia y lucha por la memoria. El número 38, fue utilizado como centro secreto de detención, tortura y exterminio durante la dictadura civil-militar (1973-1990) liderada por Augusto Pinochet.

Después de años de denuncia, el lugar fue recuperado por organizaciones de familiares de personas detenidas-desaparecidas y ejecutadas, y ahora es Londres 38, un sitio de memorias recuperado abierto al público que es un recordatorio de que la memoria es el primer paso hacia la justicia.

"Londres 38 es un ejemplo de cómo la memoria y la justicia pueden ser preservadas y promovidas a través de la acción colectiva", dijo en entrevista para La Cadera de Eva, Maíra Máximo Nascimento, facilitadora del área de memorias del espacio.

A 51 años del golpe militar en Chile, la labor de Londres 38 es fundamental para combatir la impunidad, el negacionismo, y para promover la justicia y la verdad en un país donde la memoria es resistencia, pues es un espacio donde las víctimas de la dictadura chilena encuentran voz y reconocimiento.

Londres 38 está compuesto por un equipo que trabaja en áreas como memoria, archivos, comunicaciones, prensa, jurídica y administración. Realizan actividades enfocadas en la educación, el arte y la cultura, que buscan ampliar la dimensión de la memoria más allá de la educación formal.

"La importancia de los sitios de memoria es que permiten reflexionar críticamente sobre el pasado y su impacto en el presente, y sirven como un recordatorio de la lucha por la justicia y la verdad" (Maíra Máximo)

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Repasar el pasado

Hablar de memoria para el espacio Londres 38 implica recordar, honrar, preservar, promover, reflexionar, resistir y construir una identidad colectiva para evitar que la historia se repita. El aniversario del golpe de Estado en Chile es un momento para reflexionar sobre la historia y su impacto en el presente.

Durante los casi 17 años que duró la dictadura en Chile, las mujeres se convirtieron en las principales protagonistas en la lucha por la memoria y la justicia en el país. Desde el principio, madres, hermanas, esposas y compañeras fueron quienes se organizaron para defender a sus seres queridos desaparecidos, detenidos y torturados.

"Las mujeres han sido fundamentales en la lucha por los derechos humanos, han sido las que han denunciado las violaciones a los derechos humanos. Ellas han sido las que han mantenido viva la llama de la memoria, las que han seguido buscando a sus seres queridos desaparecidos y las que han transmitido la historia de las víctimas a las nuevas generaciones" (Maíra Máximo)

A partir de su experiencia en el Colectivo Bugambilia, —que trabaja con la memoria de madres y mujeres que se organizaron durante la dictadura— Maíra Máximo destaca que su lucha no solo era por buscar justicia para sus seres queridos, sino por transformar su dolor en un proyecto político que combatió la dictadura.

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Resistencias

Los espacios y sitios de memoria son fundamentales para preservar la historia y garantizar que las violaciones a los derechos humanos no sean olvidadas. En Chile, estos sitios son especialmente importantes debido a la dictadura y la impunidad que sigue prevaleciendo pues a pesar de los esfuerzos de las organizaciones de familiares de personas desaparecidas y ejecutadas, la justicia y la verdad siguen siendo esquivas.

"La impunidad con relación a los crímenes de lesa humanidad es un gran desafío en Chile. A pesar de los procesos judiciales, las sanciones son escasas y muchos de los responsables siguen disfrutando de privilegios. La Constitución chilena, aún vigente, es la misma que fue firmada por Pinochet en 1980 y garantiza la impunidad" (Maíra Máximo)

La perpetuación de estos privilegios y la falta de justicia y verdad para las víctimas de la dictadura es un tema que sigue siendo sensible en Chile. Al respecto, Maíra mencionó que la dictadura instaló un modelo económico y político neoliberal que permanece hasta hoy y que ha generado una profunda desigualdad y exclusión social.

"Todavía existen sectores que niegan o minimizan los crímenes cometidos durante ese período. Las mismas familias y empresas que apoyaron la dictadura son las que hoy promueven el negacionismo y medidas represivas. Por lo tanto, es crucial mantener viva la memoria y promover la justicia y la verdad" (Maíra Máximo)

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Memoria viva

En este aniversario del golpe de Estado en Chile, Maíra destaca la relevancia de seguir trabajando para construir una cultura de memoria y derechos humanos que permita superar el legado de la dictadura y construir un futuro más justo y equitativo.

"Es preocupante ver cómo la sociedad se va alejando de la memoria de la dictadura, debido al neoliberalismo y el individualismo. El discurso negacionista y la defensa de lo que sucedió durante la dictadura son cada vez más comunes. Por eso, es importante conmemorar y reflexionar sobre la dictadura y sus consecuencias" (Maíra Máximo)

En Chile, la dictadura militar dejó una profunda huella en la sociedad, sitios de memoria como Londres 38 son fundamentales para recordar y honrar a las víctimas de aquel régimen, su importancia radica en su capacidad para conectar el pasado con el presente, permitiendo una reflexión crítica sobre los eventos que marcaron la historia de un país.

"Hoy, 51 años después, seguimos luchando por el derecho a la memoria y contra la impunidad y el negacionismo. A pesar de los discursos y las promesas, la práctica es muy poca. Las mismas organizaciones que lucharon hace 50 años siguen siendo las que hoy llevan adelante la lucha por la memoria" (Maíra Máximo)

El derecho a la memoria no solo es fundamental para las víctimas y sus familias, sino también para la sociedad en general, ya que permiten reflexionar críticamente sobre el pasado y construir una cultura de memoria y derechos humanos.

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