¿Por qué el amor es una conversación feminista?, podemos creer que esta emoción de política no tiene ni un poco, que no nos atraviesa y que en realidad no es para tanto. Si confirmamos alguna de estas sentencias, entonces, como diría la escritora Brigitte Vasallo, es momento de arremangarnos y cavar hasta las raíces del sistema para encontrarnos que el amor, guarda una relación con la violencia, el género y el poder.
El amor se ha convertido en una de las luchas feministas más antisistema y esa es una certeza. Si has leído en distintos espacios sobre "el amor romántico" y la urgencia de cuestionar nuestro proceso de socialización, es momento de continuar con esta revolución amorosa y por ello, te explicamos las teorías bases más fundamentales y la conexión del amor como arma de dominación.
Primero: ¿Se pelea contra el amor?
Uno de los mitos principales sobre esto, es la creencia de que se intenta derribar el amor como lo sentimos y acabar con el romanticismo. En realidad, no existe nada que se anteponga a experimentar el amor, pues lo que sentimos -en esencia- y como primer contacto, es lo que debe prevalecer, el problema coyuntural aparece cuando esta emoción que nace del afecto, se contamina, corrompe y perpetúa los vicios del amor que ya conocemos bien; vicios que nos dicen cómo sentir, actuar, controlar, dominar, conquistar y ganar terreno, dejando como último, amar de forma pura y desinteresada.
Israel Sánchez, teórico de "Agamia" (un modelo antisistema de amar) y escritor, explica en (h)amor que la discusión llega cuando se habla de amor "romántico", esta última palabra hace énfasis a los filtros contaminantes que nos exigen un tratamiento de cómo amar.
La primera herramienta para construir una nueva forma de amor
Entonces, si estas características (del amor) vendidas por los medios, la cultura, la familia y las instituciones son negativas, ¿debemos construir nuevos caminos para llegar al amor? Israel Sánchez explica que, en esencia, la primera condición de la revolución del amor no es "salvar"; las personas no salvamos, ni cargamos con el trabajo de crear nuevos caminos para llegar a amar, pero sí tenemos el poder de identificar las opresiones disfrazadas de amor y rechazarlas.
"Nuestro trabajo sería deshacernos de estos componentes para volver a una forma previa de amor desinteresado y puro (...) no es salvar un determinado concepto del amor, sino designar inequívocamente las zonas rojas por las que ningún individuo debe transitar en su experiencia amorosa por muy deseable que parezca el producto que se extraiga de ella" (Israel Sánchez en "Agamia")
¿Qué tanto poder tiene el amor?
Una advertencia que deja el autor es: No subestimemos al amor.
El amor se ha convertido en el centro de la conversación por una verdad concreta: es el centro en la vida de millones de personas quienes sostienen su felicidad, anhelos, prosperidad y su salvación en él.
En "Lo romántico es político" de la autora Coral Herrera explica que lo romántico es una clase de religión que pauta sus rituales individualistas de unión, separación, símbolos, mitos, héroes y heroínas.
Todos estas construcciones de promesas y utopías, no hacen más que trastocar cada aspecto de nuestra vida; no es palabra menor señalar que el amor romántico es escudo para el sistema y principal abono a fenómenos como la violencia emocional, económica, psicológica, de género e incluso, feminicida. El amor no es un juego inocente de coquetería como se ha vendido, es un sistema aprendido desde la infancia.
Coral Herrera ataja esto último explicando la moraleja de vida que bien sabemos: el amor todo lo puede. Pasamos los días soñando con la vida romántica, fantaseando con la mujer que se casó con el futbolista, con el príncipe o con el empresario de la serie que se ha enamorado de la chica humilde e insegura.
Nuestro proceso de socialización es patriarcal desde que somos criadas con el objetivo último de ser salvadas; que alguien nos sostenga, reafirme nuestra belleza, talento, nos sane y logremos alcanzar la prosperidad en la vida. Esto último, es la primera señal sobre los peligros de este juego romántico.
La autora de "Lo romántico es político" señala que el amor está cargado de distintos imaginarios de opresión, como el poder, los recursos y las promesas. Y señala lo siguiente:
Al amor le pedimos que nos haga sentir únicas y especiales, que nos espante el miedo a la soledad, que nos arregle los problemas y nos haga sentir autorrealizadas (...) Nos cuesta comprometernos con nosotras mismas, querernos, aceptarnos. Esto implica que en lugar de poner las energías en trabajar en nuestro bien y el de los demás, preferimos esperar a que la vida nos traiga alguien a solucionar los problemas.
Este sistema de consumismo amoroso y patriarcal, es extremadamente violento; deja a su paso lo que Brigitte Vasallo nombra como "cadáveres emocionales", proporciona al hombre la facultad de ser extractivistas sexo afectivamente, nos desarma a no luchar e incapacita para encontrar la felicidad en nosotras mismas, pero además, lleva al amor al extremismo, donde la bondad feminizada otorga el perdón, el sacrificio y el servicio al ser amado, aunque este último, amenace, abuse, golpee, hiera, mienta lastime o mate.
Un aproximado de 89 mil mujeres fueron asesinadas en razón de género de acuerdo con el reporte "Asesinatos de mujeres y niñas por motivos de género" de la ONU, de este total de casos, el 55% fue perpetrado por su pareja sentimental.
¿Sabías que en México son las mujeres las principales víctimas de estafa amorosa? Lee más de esto a continuación::
"Violencia y romanticismo son términos contrapuestos en apariencia, pero en realidad, explotamos y abusamos a la gente, colonizamos a las personas que amamos y nos metemos en horribles luchas de poder. Hay mucho romanticismo en nuestra cultura, pero muy poco amor" (Coral Herrera)
¿Cómo erradicar el amor romántico en mis relaciones?
Israel Sánchez nos dio la primera herramienta que es, el mantenernos atentxs de este fenómeno, nombrarlo y reconocer que el amor responde a un sistema de dominación que necesita ser transformado. Saberlo y cuestionar el mundo que nos rodea -y el contenido vendido que se muestra incisivo en darnos el amor como fórmula única de la felicidad-, es el primer paso para el cambio.
Miguel Ayuso, autor de "Anarquía relacional", otorga 3 piezas fundamentales que puedes comenzar a ejercer en tus relaciones:
- Confianza: Al involucrarte con una persona, debes cuestionar que esto no te otorga derechos sobre ella. Respeta su autodeterminación, pues nuestros sentimientos y/o compromiso, no nos otorga ningún poder sobre otres. Abre la comunicación hacia tus adentros y explora cómo amar sin pisotear la individualidad de tu pareja.
- Conozcamos nuestras necesidades: ¿Cómo demuestro amor y cómo me gustaría ser amadx? Reconozcamos nuestras necesidades y produzcamos vínculos saludables, no sólo por tu bien, sino por el de otrxs. La deshonestidad con lo que deseamos no trae más que consumismo y la perpetuación de las relaciones de poder donde usamos, mentimos, traicionamos y contaminamos el amor.
- Los compromisos son individuales: Esperar a que alguien aparezca para construir un hogar, comprar un auto, tener una familia... Miguel Ayuso explica que no se trata de rechazar estos modelos, sino más bien, es momento de dejar de creer que esta forma de vida es ineludible y que es símbolo máximo del amor. Es momento de liberarnos de la creencia que nos hace creer que necesitamos a otres para complementarnos.