La responsabilidad afectiva se ha convertido en una de las conversaciones más necesarias a la hora de relacionarnos con otras personas; una práctica que nos orilla a cuestionar prácticas violentas y comenzar a vivir las relaciones desde la empatía, el cuidado y el respeto

Desaprender conductas del amor romántico y de las trampas de "la conquista amorosa", es un trabajo de deconstrucción y cuestionamiento constante, siendo esta, una de las herramientas feministas -junto con el autocuidado- más poderosas para desarticular relaciones de poder. 

Uno de los principios fundamentales de esta responsabilidad afectiva es abolir toda violencia emocional y psicológica que hemos normalizado, siendo así, una oportunidad para estrechar vínculos más sólidos y plenos. Con tanto trabajo por hacer, parece una tarea imposible saber por dónde empezar, sin embargo, esta es una serie de recomendaciones y pequeñas acciones que transforman en su totalidad la manera en que nos relacionamos con otres, ¿qué más revolucionario que esto?

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La responsabilidad afectiva no es sólo amorosa

De manera colectiva, se relacionan los afectos con lo romántico y no tanto como una experiencia humana de compartir. En entrevista para La Cadera de Eva, la psicoterapeuta feminista Carla Morales explica que el tema de los afectos y el amor, no pertenece únicamente al territorio de lo romántico, sino más bien, es una expresión de la felicidad que nos permite compartirla con las personas de nuestro alrededor; nuestras amigas, familia, compañeras e incluso, nosotres mismes. 

Es así que los afectos, se construyen de manera respetuosa con todo lo que nos rodea, siendo una buena práctica cuestionar cómo funcionan las relaciones con nuestros amigxs, ¿son recíprocas?, ¿estoy presente si necesitan de mí?

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Es importante asumir la amistad como una responsabilidad que demanda de cuidados; escúchales, apóyales, conviértete en refugio y teje relaciones amistosas, esta práctica de cuidar de tus amigas, propicia el autocuidado; todas juntas por mejores lazos afectivos. 

"Las amigas, madres, abuelas hijas, tías, hermanas hacen mucho desde el amor y, con fuerza, siempre intentan movernos de sitios maltratadores. Las mujeres siempre acompañamos y precisamente esta amistad es una alianza que se vuelve solidaridad al intentar liberarnos de las opresiones y violencias juntas” (Rocío Pedraza, psicóloga feminista en entrevista para La Cadera de Eva)

Mucho por hacer, pero también, mucho por amar

Con jornadas laborales tan extensas, trabajos no remunerados en casa y la presión constante de dedicarte al menos, un par de horas, mantener la cercanía con tus vínculos afectivos resulta difícil para muchas personas, ¿también te toma horas o días responder un mensaje? 

La responsabilidad afectiva se trata, precisamente, de un escenario como este: Es momento de abrir la comunicación y pautar un acuerdo basado en el respeto. 

De acuerdo con Gaceta UNAM, la responsabilidad afectiva parte desde el autocuestionamiento y el hacernos responsables de nuestros actos, para después, llegar a un acuerdo con otres: ¿se están cumpliendo mis necesidades?, ¿qué estoy haciendo mal?, ¿qué parte de mis acciones hacen sentir mal a otres?

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De acuerdo con la máxima casa de estudios, la responsabilidad afectiva también se trata de reconocer nuestra salud emocional y si la manera en que demostramos amor es suficiente para otras personas. 

Si la respuesta es negativa, entonces, debemos comunicar y escuchar las necesidades de las demás personas, para después, tomar una decisión conjunta lo que nos lleva al siguiente punto: Romper lazos también es responsabilidad afectiva

La honestidad de comunicarnos es antisistema 

Mariana Gutiérrez Lara, académica de la Facultad de Psicología de la UNAM, explica que la honestidad es uno de los pilares principales de la responsabilidad afectiva, por ello, se hace hincapié en que esta práctica nace de nosotros; no puedes ser afectivamente responsable sin ser una persona honesta con tus emociones y necesidades

No hay secreto en señalar que muchas relaciones románticas se sostienen en el sistema patriarcal, se utiliza el amor romántico como arma, la opresión, la manipulación, la violencia emocional y la mentira con el objetivo de subordinar, algo que Coral Herrera aborda en su obra señalando que la honestidad y el patriarcado, no caben en la misma oración. 

Desde la perspectiva de la escritora, esto se debe a que si la honestidad fuera un valor del amor romántico patriarcal, entonces, no se le permitiría al hombre lucrar con las emociones de las mujeres, engañarlas, robarles y ser infieles. 

¿Y todo esto cómo se relaciona con la responsabilidad afectiva? Fácil, el ser honestxs desde un principio, es una manera de comenzar a desafiar al sistema y este "mercado del amor" que Coral Herrera explica de la siguiente manera:

"Es lo mismo que los empresarios que abusan de sus trabajadores porque tienen muchísima mano de obra barata puesta a trabajar por muy poco, los hombres patriarcales saben que pueden aprovecharse porque el mundo está lleno de mujeres necesitadas de amor.”

Saber qué deseamos de una relación y comunicarlo con antelación, es parte de nuestra responsabilidad afectiva. No hay mayor acto antisistema que la honestidad y la empatía con las personas que nos rodean. 

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¿Aún con dudas? Te dejamos acá algunas banderas verdes para comenzar a ejercer tu responsabilidad afectiva. 

Ejemplos de responsabilidad afectiva

  • Esto que dijiste me hizo sentir mal, hablémoslo. 
  • Necesito explicarte que lo que me hiciste me ha hecho sentir insegurx. 
  • Lamento haberte hecho sentir mal, ¿qué puedo hacer para mejorarlo?
  • Por el momento no busco una relación formal, sino más bien, una relación abierta, ¿esto te hace sentir cómodx?
  • Reconozco mis necesidades y sé que esta relación no me está haciendo sentir bien, lo mejor es terminarlo desde el respeto, el agradecimiento y el cariño. 
  • Lamento no haber respondido a tiempo, sé que eso te hace sentir mal, ¿quieres que te llame para solucionarlo?
  • Mamá, lamento haber reaccionado así, trabajaré en mis actitudes para no hacerte sentir mal de nuevo
  • Sé que para ti es muy importante que veamos a tus amigos y a mí también me gusta convivir con ellos, pero en este momento no la estoy pasando muy bien y me gustaría quedarme en casa
  • Reconozco que para ti esto es importante, quiero aprenderlo más y que te sientas segura de compartirlo cuando desees
  • Entiendo lo que me dices y me gustaría saber si puedo apoyarte, ¿necesitas espacio, un consejo, validación o algo más?