“¡Bienaventurada sea la maternidad deseada!”, decía una de las consignas expresadas en un panfleto el pasado 21 de febrero de 2023, fecha en la cual se celebró en Colombia el primer año de despenalización del aborto hasta las 24 semanas. Este logro jurídico no es menor, pues responde a una trayectoria de demandas, exigencias y resistencias por parte del movimiento feminista en el país.

Pero ¿qué implica que una maternidad sea bienaventurada? Quizá acercarnos a esta expresión, más allá de los marcos de comprensión religiosa, permite transitar hacia su resignificación y plantear que una maternidad es bienaventurada cuando es deseada

¿Cómo llegamos a este fallo histórico? Colombia, al igual que varios de los países de América Latina, se sumó al movimiento por la despenalización del aborto y se convirtió en el país con mayor plazo para la interrupción voluntaria del embarazo (IVE), habilitando así un debate sobre los plazos y a la vez situándolo a la vanguardia entre los países de la región dada la amplitud del tiempo para poder ejercer el derecho a abortar. 

Para llegar al histórico 21 de febrero de 2022 (fecha en la cual la Corte Constitucional Colombiana amplió el derecho al aborto permitiendo a mujeres, niñas, hombres trans y personas no binarias a interrumpir el embarazo según sus propias razones –y sin la amenaza de una judicialización– hasta la semana 24 de gestación) fueron distintas las disputas jurídicas.

El fallo a favor por parte de la Corte Constitucional fue el resultado de la demanda impuesta por el movimiento causa justa, el cual está conformado por más de 45 organizaciones sociales de derechos humanos y feministas y alrededor de 60 activistas, prestadoras y prestadores de servicios de salud, integrantes de la academia y centros de investigación de toda Colombia que hacen parte de la Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres

Esta Mesa de trabajo surgió en 1998 como una instancia de producción de argumentos y acción colectiva transdiciplinaria alrededor del aborto. Desde 2006 inició la implementación del marco normativo sobre el aborto y para este mismo año surgió la sentencia C-355 de la Corte Constitucional la cual constituyó para ese momento un avance importante para la garantía de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres en Colombia, pues se despenalizó el aborto bajo tres condiciones:

  1. Cuando peligra la vida de la madre
  2. Cuando se presenta malformación del feto incompatible con la vida
  3. Cuando el embarazo es producto de abuso, violación, incesto, transferencia de óvulo o inseminación no consentida

La sentencia C-355 fue la que operó hasta el 21 de febrero de 2022, fecha en la cual la nueva sentencia C-055 del mismo año amplió el derecho a abortar hasta la semana 24 de gestación. Posterior a las 24 semanas, la interrupción voluntaria del embarazo es posible bajo la sentencia C-355 en las tres causales expuestas anteriormente.   

Si bien, el camino recorrido por los derechos sexuales y reproductivos de los cuerpos femeninos, menstruantes y con capacidad de gestación, ha sido largo y fructífero, aún queda un trayecto amplio por recorrer, pues el fallo de la corte constituyó el inicio de un proceso que se habilita desde lo jurídico, sin embargo, el camino que deben recorrer las instituciones de salud y en general todas aquellas instituciones que acompañen los procesos de interrupción voluntaria del embarazo requiere de múltiples esfuerzos que atraviesan dimensiones materiales (de acceso a servicios e infraestructura), y simbólicas (prejuicios, estigmas y tabúes) que progresivamente eliminen barreras para garantizar este derecho en lo largo y ancho del territorio nacional colombiano. 

El pasado 23 de agosto de 2023, seis meses después de la celebración del primer aniversario, la Corte Constitucional ratificó la sentencia C-055 de 2022 reafirmando la decisión tomada en ese mismo año, frente a una segunda demanda que buscaba revertir la despenalización del aborto en el país. Hoy día, los argumentos de la corte sostienen que el aborto no es un delito, y con ello, continúa mostrando un precedente en el debate frente a los derechos sexuales y reproductivos en el país. 

¡En hora buena, México!

Ahora bien, la decisión del pasado 06 de septiembre de la Suprema Corte Mexicana que despenaliza el aborto a nivel federal, es decir en todo el país, se suma a las buenas noticias para América Latina. Pone en evidencia que las luchas y demandas del movimiento feminista además de ser potentes, son pertinentes y posibilitan caminos de hecho para el acceso a derechos sexuales y reproductivos.

En esta oportunidad, fue central el papel de la organización feminista Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), la cual, a través de un amparo contra el Congreso sobre los términos del Código Penal Federal respecto al aborto, frente al cual la Primera Sala de la corte resolvió: “Es inconstitucional el sistema jurídico que penaliza el aborto en el Código Penal Federal, ya que viola los derechos humanos de las mujeres y personas con capacidad de gestar”. 

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Foto: Cindy Carolina Barreto Ángel. Tomada el 21 de Febrero de 2022 en Bogotá, Colombia

Afortunada y feliz sea la maternidad deseada

Bienaventurada sea la maternidad deseada”, decía una de las consignas expresada en un panfleto el pasado 21 de Febrero de 2023 en Bogotá. Quien sostenía el panfleto era una joven mujer, quien también sostenía a su hija en sus brazos. Ambas, la joven y su hija, vestidas de verde, se encontraban en la celebración del primer aniversario en el que las mujeres en Colombia pueden decidir voluntariamente interrumpir su embarazo o no.

Seis meses después de dicho aniversario, no solo se reitera el fallo de la Corte Constitucional Colombiana sobre la sentencia C-055 de 2022 sino que también celebramos un nuevo avance hacia la despenalización del aborto en todo el territorio mexicano. Y con ello la posibilidad de emprender arduos caminos para materializar el acceso y garantía a servicios de salud y acompañamiento para la interrupción voluntaria de embarazos

El camino de la despenalización otorga derechos y libertades; este no pretende promover y estimular la interrupción de embarazos como una práctica de la lógica mercantil, ya que busca posibilidades de decisión en las que la maternidad sea deseada y el derecho a decidir sobre el propio cuerpo sea una realidad. 

Aunque continúan siendo muchas las barreras para acceder a servicios de gratuidad y seguridad en la interrupción voluntaria de embarazos, el camino ya está habilitado. Sólo será cuestión de sostener la colectividad, la juntanza, la resistencia y el trabajo organizativo para hacer de los derechos no una utopía sino una materialidad