Hoy arrancan las campañas políticas de las que serán las elecciones más grandes de la historia de México. Así como histórico también es tener dos candidatas a la presidencia del país, abriendo el panorama a que en nuestro país gobierne una mujer. 

Este año también, por primera vez, serán tres mujeres las encargadas de organizar, vigilar y certificar las elecciones desde el Instituto Nacional Electoral, el Tribunal Electoral de la Federación y la Suprema Corte de Justicia de la Nación. En la cabeza de estos tres órganos están: Guadalupe Taddei Zavala, Mónica Aralí Soto Fregoso y Norma Lucía Piña Hernández.

Además, en un impulso a la paridad de género, la mitad de los 20 mil 375 cargos de elección popular que están en juego serán para mujeres. En este mismo sentido, se estableció una cuota de al menos cinco mujeres candidatas en los nueve estados que renuevan gobierno porque —como bien dice el INE— “la paridad es un piso, no un techo”.

Sabemos bien que en el debate público se trae a la conversación una afirmación indiscutible: que gobierne una mujer o que haya más representación femenina en el poder no garantiza una agenda feminista, sobre todo porque vivimos en un sistema-Estado patriarcal. 

Por eso es que esta semana desde La Cadera de Eva exploramos algunos de los retos que enfrentará la persona que llegue próximamente a la silla presidencial en temas de agenda de género, aunque bien es cierto que, hasta ahora, no existe ninguna agenda feminista clara entre las propuestas de las candidatas ni del candidato presidencial. 

Hace un mes nos preguntamos aquí cuáles serían los principales desafíos y pendientes que tendrá el próximo gobernante de nuestro país. Nuestras analistas coincidieron en que uno de los temas más urgentes es atender la violencia contra las mujeres y niñas, pues hasta ahora, las políticas públicas implementadas no han dado resultados. 

Y para muestra un botón: actualmente se han declarado 25 Alertas de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM) en 22 entidades, sin embargo, de las 552 medidas que se han recomendado a gobiernos y órganos locales para mitigar las agresiones a mujeres desde 2015, sólo se ha cumplido el 9%, según los propios datos del gobierno. Esto, a pesar de la violencia machista que existe en nuestro país: tan sólo en los últimos seis años, se han registrado 16 mil 570 homicidios dolosos contra las mujeres y 5 mil 556 feminicidios.

La violencia que viven las mujeres en México es transversal e incluye la violencia económica de la doble jornada y la feminización de los cuidados. Recordemos que somo un país en donde el 75% de las tareas de los cuidados recaen sobre las mujeres y en donde casi la mitad de la población total de México –que son 129 millones de personas de acuerdo con el INEGI– requiere servicios de cuidados; aún así, desde 2020 está pendiente la creación del Sistema Nacional de Cuidados.

¿El aborto, un costo electoral?

Otro de los grandes pendientes será garantizar los derechos reproductivos y sexuales, así como el acceso de las mujeres a servicios de salud, pues recordemos que actualmente sólo 12 de los 32 entidades es legal la interrupción del embarazo a pesar de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación despenalizó el aborto en todo el país.

En este punto es clave recordar cuál ha sido la postura que tienen del aborto el y las candidatas presenciales, pues sabemos que este tema podría representarles un costo político y electoral, ya que ha sido un tema que históricamente ha causado polarización política.

A pesar de que Xóchitl Gálvez Ruíz se ha posicionado a favor del aborto en el pasado y hasta apoyó a la marea verde en el #28S, Día de Acción Global Por el Aborto Legal y Seguro, cuando se convirtió en la aspirante presidencial del PAN, PRI y PRD, dijo que como representante del frente opositor “estaba obligada a respetar diferentes visiones”. 

Claudia Sheinbaum Pardo, la exjefa de gobierno capitalino, también se ha posicionado a favor de la interrupción legal del embarazo. En una entrevista en 2019 dijo: “yo creo que nadie está a favor del aborto, el asunto es si las mujeres tienen que ir a la cárcel por haberlo realizado”. 

Tres años después, en el marco del #28S, se desmarcó de la exigencia y llamó a los grupos feministas a no realizar actos violentos instruyendo a poner vallas “para evitar cualquier acto de vandalismo”. 

Jorge Álvarez Máynez también se ha posicionado a favor de la interrupción legal del embarazo y ha reconocido que “despenalizar el aborto no obliga a nadie a abortar, pero sí evita que muchas mujeres vayan a la cárcel por decidir sobre su cuerpo”, según compartió en un post en Facebook en 2020. 

¿Tendremos proyectos feministas?

Cuando Claudia Sheinbaum se destapó como candidata presidencial de Morena aseguró que “el México con M de machismo se está quedando atrás” y que a partir de ahora se “escribiría con M de mujer”.  

Aunque Sheinbaum se reconoce como feminista también hay que recordar que durante su administración en la Ciudad de México tuvo una ruptura con el movimiento feminista porque su gobierno utilizó la fuerza pública para repeler —hasta con gas lacrimógeno— a las manifestantes en distintas marchas encabezadas por mujeres. 

Además, Claudia Sheinbaum también se ha alineado con el discurso del presidente López Obrador al asegurar que las mujeres feministas son opositoras a la llamada “cuarta transformación”.

Xóchitl Gálvez Ruíz también se ha declarado abiertamente feminista aunque actualmente la piedra en su zapato feminista es la alianza con el Partido Acción Nacional, partido de derecha que se ha posicionado en contra de la interrupción del embarazo o de los derechos de la comunidad LGBT.

Con este contexto en el panorama electoral toca revisar si en los próximos días veremos propuestas que piensen no solo en las mujeres, como un grupo homogéneo, sino en la justicia social, en políticas que mejoren la vida de todas las mujeres en los distintos ámbitos y valorando las complejidades de un sistema clasista y racista que vulnera constantemente el derecho de las personas a vivir vidas libres de violencia.

En estos tiempos de evaluación y debate, no olvidemos, como nos recordaron varias expertas, que las críticas a las candidatas deben ser dirigidas a sus propuestas y trayectoria política, y no caer en discursos sexistas y misóginos.

En una entrevista reciente, Yndira Sandoval, integrante de Las Constituyentes MX, nos decía que aunque el feminismo no tiene una candidata o candidato actualmente, se espera que con la posible llegada de una mujer a la presidencia se comience a transitar a un cambio de orden político donde “las mujeres estén al frente y los derechos al centro, y que permita que los procesos electorales se realicen en igualdad de circunstancias, libres de violencia y sin ningún agresor en el poder”.

Sabemos que en tiempos electorales, cualquier guiño de las y los candidatos con las causas feministas se traducen en marketing rosa, o purplewashing, sobre todo ahora que estamos a unos días del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, por lo que no perdemos de vista el análisis sobre el posicionamiento hasta ahora tanto de Claudia Sheinbaum Pardo, como de Xóchitl Gálvez Ruíz y de Jorge Álvarez Máynez.

Desde La Cadera hacemos un llamado a candidatas y candidatos, pero también a medios de comunicación y a nosotras, como votantes, a impulsar debates y propuestas profundas y concretas, al nivel que nuestra realidad requiere.