10 años han pasado desde que 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa desaparecieron la noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero. Una década de búsqueda, lucha, dolor y de impunidad. Para las madres y padres de los normalistas y para México la herida sigue abierta y sangra como el primer día.
"La herida de nuestro corazón sigue sin cerrarse", dijo María de Jesús Tlatempa madre de Jesús Eduardo Bartolo Tlatempa, uno de los 43 normalistas desaparecidos.
"Nos duele ver que tenemos un gobierno que solo nos dice palabras vacías", continuó María. "Nos prometieron verdad y justicia, pero solo hemos recibido mentiras. El decreto presidencial fue una burla. Nada más se burló de nosotros.".
Francisco Lauro Villegas, padre de Magdaleno Rubén Lauro Vargas, otro de los estudiantes desaparecidos, comparte la misma indignación: "Es un dolor muy fuerte, nos ha roto el gobierno. No sabemos la verdad sobre nuestros hijos. ¿Dónde están? ¿Qué les pasó?", expresó.
Cada vez que Francisco regresa a su casa en Tlapa de Comonfort, Guerrero su esposa y sus cuatro hijos le hacen las mismas preguntas: "¿Qué pasó? ¿Qué informe traes?". Y él debe responder con la misma tristeza: "Lo mismo de siempre, nada nuevo.".
"Es un cansancio", confiesó Francisco. "Pero no nos cansamos. No podemos rendirnos. Debemos seguir luchando por la verdad".
Son los testimonios de dos de los cinco familiares de los 43 normalistas desaparecidos que acudieron a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para dar un mensaje al país previo a la marcha por el décimo aniversario del Caso Ayotzinapa.
¿Qué exigen las familias de los 43 normalistas?
A 10 años de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, sus madres y padres siguen clamando justicia y verdad. Joaquina García Velázquez, madre de Martín Getsemany Sánchez García, es una de ellas. Su voz, cargada de dolor y coraje, resonó en la Facultad de Filosofía de la UNAM.
"Es mucho tiempo y es mucho dolor", expresó, recordando la promesa incumplida del presidente Andrés Manuel López Obrador de encontrar a sus hijos. La decepción y la rabia se entrelazan en su discurso, como en el de María Magdalena Maestro, madre de Antonio Santana Maestro.
"Este pinche gobierno" no ha cumplido con la promesa de encontrar a sus hijos, denunció Magdalena. El dolor es tan intenso que no puede abrir la puerta del cuarto de su hijo, como si el tiempo se hubiera detenido en esa fatídica noche del 26 de septiembre de 2014.
Los padres exigen saber la verdad sobre el papel del Ejército en la desaparición de sus hijos. Isidoro Vicario, representante legal de los familiares, recordó que el Ejército tuvo información antes, durante y después de la desaparición. "No es un capricho, es una necesidad", afirmó.
Los familiares también demandan la entrega de 800 folios relacionados con la investigación, que podrían revelar la participación del Ejército. Además, piden el regreso del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) y castigo para los responsables de la muerte de tres estudiantes esa noche.
María de Jesús Tlatempla, se pregunta si Claudia Sheinbaum, la próxima presidenta,será la llave para desentrañar el misterio o si simplemente continuará la impunidad.
La incertidumbre y la desconfianza se cuelan en las palabras de estas madres, que no cesan en su búsqueda de verdad y justicia pues denunciaron la falta de cooperación por parte de las autoridades y la persistencia de la impunidad en el caso, aseguran que a pesar de que el gobierno del presidente López Obrador reconoció que se trata de un crimen de Estado, la investigación sigue estancada.
La creación de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia para el Caso Ayotzinapa (CoVAJ) y la Unidad Especial para la Investigación y Litigación para el Caso Ayotzinapa (UEILCA) fue vista por las familias de los estudiantes como un paso hacia la verdad, pero su desmantelamiento debido a la resistencia del Ejército mexicano a entregar archivos relacionados con el caso ha generado más dudas que respuestas.
"El gobierno nos ha fallado, nos ha mentido. Protege a los militares y nos deja solos en esta lucha. La creación de la Guardia Nacional ha sido un golpe más, en lugar de buscar a nuestros hijos, fortalecen a los que se los llevaron" (María de Jesús Tlatempa)
"¿Dónde están nuestros hijos?", "¿Qué ocurrió realmente con ellos?", "¿Por qué los agredieron y se los llevaron?" son preguntas que siguen sin respuesta. Los familiares exigieron que se haga justicia y se protejan los derechos humanos en el país.
¿Qué pasó en Ayotzinapa?
La noche del 26 de septiembre de 2014, en Iguala, Guerrero, un grupo de estudiantes de la Escuela Normal Rural "Raúl Isidro Burgos" de Ayotzinapa fue interceptado por policías municipales y estatales mientras regresaban a su escuela en tres autobuses que tomaron para asistir a la marcha del 2 de octubre en la Ciudad de México.
Los agentes dispararon contra los autobuses, hiriendo a varios estudiantes. Luego, los obligaron a bajarse y los llevaron a un lugar desconocido. Seis personas murieron y 43 desaparecieron.
Las autoridades negaron cualquier participación, pero investigaciones posteriores revelaron la colaboración entre policías y grupos criminales, con conocimiento previo del Ejército mexicano.
La desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa es un caso emblemático de la violencia y la impunidad en México. La búsqueda de la verdad y la justicia sigue siendo una lucha constante para los familiares y la sociedad civil.
Hasta hoy, la verdad sobre esa noche sigue siendo un misterio. La investigación ha sido lenta y contradictoria, con acusaciones de encubrimiento y corrupción. Los familiares de los desaparecidos han luchado incansablemente por la verdad y la justicia.
"Vamos a seguir gritando en las calles, luchando hasta que sepamos la verdad. No estamos solos, tenemos el apoyo de la sociedad, de organizaciones y de personas que creen en nuestra causa" (María de Jesús Tlatempa)