La policía no me cuida, me cuidan mis amigas!", se ha escuchado en las calles de toda Latinoamérica. Una protesta política y colectiva que tiene por objetivo construir lazos con otras y acuerpar, pero también, evidenciar el cuerpo castrense - policial como brazo derecho de la violencia sistémica; concreta y poderosa, esta consigna feminista es un infaltable en la lucha por los derechos humanos y una vida libre de violencia

Reconocer el origen y lo que gira alrededor de estas consignas, nos convierte en personas políticas, capaces de reconocer la experiencia de otres, divisar la violencia que parece invisible -como la estructural o estatal-, acompañar y otorgarle el poder que merece a la amistad; poder que el sistema patriarcal ha intentado arrebatar. 

"La peor enemiga de una mujer es otra mujer" o "las mujeres son incapaces de llevarse bien", son mandatos sociales que aprendimos. El sistema nos quiere solas y separadas, sin redes de apoyo y dependientes, de ahí que la primera trinchera de esta frase es zanjar estos discursos de misoginia interiorizada y recordarnos que nuestras amigas, son nuestro espacio seguro, de contención y compañeras de lucha

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En este sentido, "La policía no me cuida, me cuidan mis amigas" toma un papel protagónico por su facultad de reivindicarnos y reconocer el valor de la colectividad. En este sentido, recopilamos ideas claves sobre el significado de esta consigna feminista con el objetivo de que gritarlo en las protestas no sólo sea discursivo, sino también, se sienta la rabia en el hígado y el amor en el corazón. 

¡Me cuidan mis amigas!

¿Te suena familiar sentirte más tranquila enviando tu ubicación a tus amigas?, ¿o qué tal el pacto sororo que se crea en los centros nocturnos?, ¿tal vez ese chat que tienes para apoyarse las unas a las otras en caso de emergencia? Todas estas experiencias nos enriquecen y nos permiten recordar que los lazos de amistad, siempre estarán para nosotras. 

Entre cuidados, reciprocidad y afectos, sabemos bien que nuestrxs amigxs están presentes para acompañarnos cuando estamos en circunstancias de peligro. Sí, nuestras amigas nos cuidan, porque la colectividad es más poderosa que la opresión estatal

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Esta consigna feminista también está presente para recordarnos la teoría de la ensayista de los años 70s Carol Hanisch, quien llamó a las mujeres a unirse, dejar de lado las falsas rivalidades patriarcales y conversar de manera pública de todo lo que las atravesaba, pues sólo así, lo que vivimos en lo privado se puede trasladar a lo político

Situaciones de acoso, temores, incomodidad, abuso y violencia, no son situaciones de lo privado, sino más bien, de lo público, para con nuestras amigas; las mujeres que saldrían a marchar en nuestro nombre, que velarían por nosotras, nos defenderían y serían capaces de producir cambios colectivos. 

"No hay soluciones personales, sólo hay acción colectiva para una solución colectiva" (Carol Hanisch)

De esto se desprende el poder de la consigna y nos lleva al siguiente apartado: acuerpar y resistir juntas. 

¿La policía nos cuida?

En México, la frase "La policía no me cuida", cobra un poder aún mayor, con números inconcebibles de abuso, brutalidad, pacto patriarcal e impunidad, esta consigna aparece para darle nombre a lo que ya todas sabemos: No somos cuidadas, ni prioritarias para el Estado. 

Esto último, lo señala la coordinadora de proyectos de Impunidad Cero, Leslie Jiménez en entrevista con La Cadera de Eva.

"La policía, es el brazo más cercano a la violencia estatal. El uniforme tiene muchísimos significados simbólicos, permite justificar esta intromisión, a la dignidad a la privacidad, a la integridad de las personas, en aras de que no actúa como un ente policíaco o un individuo, sino como un Estado que permea en vida pública pero también, en lo privado"

De acuerdo con información de la UNESCO, en México el 99.5% de los casos de brutalidad policíaca queda impune. Asimismo, de 2015 a 2020 se tiene registro de 33 mil 750 carpetas de investigación contra policías estatales y federales por los siguientes delitos:

  • Abuso de autoridad
  • Tortura y tratos crueles
  • Tratos inhumanos o degradantes
  • Desaparición forzada

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Leslie Jiménez cuestiona algo importante: ¿Cuántas veces presenciamos violencia por parte de estas personas y la normalizamos bajo la creencia de que ese es su trabajo? Hablamos, por ejemplo, de la contención en las marchas, de la violencia en su lenguaje verbal y también, es necesario evidenciar que las personas que conforman estos cuerpos policiacos, continúan siendo personas criadas bajo el mismo sistema patriarcal, machista, violento y heteronormativo

Esto último, lo explica la internacionalista con maestría en estudios de paz Alejandra Robles en entrevista con La Cadera de Eva, quien señala que existe una gran incidencia de acoso sexual, violencia, homofobia, sexismo, racismo y negligencia. De esto que, la protección de mujeres, migrantes, afrodescendientes, personas en situación de vulnerabilidad o pertenecientes a la comunidad LGBTTIQ+ no es ejercida por estos cuerpos policiacos; el sistema los instruyó para oprimir, no para cuidar desde una perspectiva sensible, humana y con perspectiva de género

¿Y esto es culpa de las personas que se desempeñan en las instituciones? La respuesta es no y te explicamos por qué en nuestra investigación: Policía mexicana: Actos inhumanos, desapariciones y brutalidad

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"La policía no me cuida, me cuidan mis amigas", es una frase controversial, precisamente, por su facultad de evidenciar la violencia que ejerce el cuerpo policiaco como chantaje, abusos, tortura, acoso e incluso, tentativa de feminicidio como el caso de Alina Mariel, quien vivió un intento de feminicidio por un policía tijuanense. 

Y aunque el panorama resulta pesimista en la primera parte de la consigna, siempre se vuelve reconfortante escuchar en las marchas la voz de miles de mujeres, adultas y adolescencias corear: ¡A mí me cuidan mis amigas!, abriendo así, el panorama que nos recuerda que no estamos solas y que junto a nosotras, siempre habrá una mano dispuesta a ayudarnos. 

Finalmente, se reitera que esta consigna feminista no sólo nace de la rabia que produce la violencia estructural, sino del poder transformador que encontramos en las otras. Lorena Cabnal, feminista comunitaria y escritora, nombra esto como el acuerpamiento, algo que nos revitaliza cuando nos sentimos perdidas; cuando las opresiones policiacas, castrenses, racistas, sexistas y patriarcales nos sofocan. 

“Acuerpar es convertir el abrazo en palabra, es hacer comunidad con otras lo que involucra procesos de cuidado y acompañamiento (…) se pone el cuerpo para caminar con otras, para trabajar con otras, para resistir”

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¡La policía no me cuida, me cuidan mis amigas!, es el coreo que debe escucharse con insistencia, pues no sólo consta de un acto protesta, sino también, llama a la acción colectiva donde vamos todas juntas por una vida libre de violencia.