A dos años de la revocación de la sentencia “Roe vs. Wade” en Estados Unidos, Texas está financiando a los Centros de Crisis de Embarazo (CPCs por sus siglas en inglés), un programa de planificación familiar, que busca disuadir a las mujeres a interrumpir su embarazo, así lo documentó una investigación de ProPublica y CBS News, en donde se denuncia que estos espacios carecen de supervisión.
Desde que se aprobó la sentencia Roe vs. Wade el 22 de enero de 1973, Texas, el estado del sur del país, ha implementado medidas que limitan el acceso al aborto. Entre ellas destacan los centros de crisis de embarazo en los que ha invertido miles de dólares, según la investigación de ProPublica y CBS News.
Aunque el programa inicialmente se llamó “Alternativas al Aborto”, recientemente, en 2023, se renombró como “Thriving Texas Families”. Este programa promueve los embarazos y la formación de familias que aumentan la autosuficiencia económica. Ofrecen asesoramiento sobre el embarazo, artículos para bebés y folletos, pero no proporcionan atención médica ni la interrupción del embarazo.
Aumento acelerado de la financiación del programa antiabortista de Texas
En la investigación descubrieron que el dinero destinado a este programa va a organizaciones sin fines de lucro antiabortistas que dan pocas garantías y “está plagado de despilfarro”. Además, resaltan que desde la revocación del derecho al aborto, la cantidad que se destina a estos programas ha aumentado, pasando de 5 millones de dólares a partir de 2005 a 140 millones, después del 24 de junio de 2022.
Texas no es el único estado del país vecino que apuesta por estos centros y destina dinero de los contribuyentes para financiar el programa. La investigación revela que en 2023, legisladores de Tennessee destinaron 20 millones de dólares a centros de atención a embarazos en crisis y organizaciones antiabortistas sin fines de lucro.
Por su parte, el estado de Florida promulgó una prohibición del aborto a las seis semanas de gestación e incluyó un proyecto de ley para impulsar estos centros, destinando 25 millones de dólares para desarrollarlo.
La implementación de estos centros va más allá. La apuesta que tiene John McNamara de Texas Pregnancy Care Network (un centro de atención para personas embarazadas y contratista del programa Thriving Texas Families) es impulsar centros similares en Kansas, Oklahoma e Iowa, de acuerdo con la investigación.
El estado de Texas paga a cuatro contratistas, entre ellos el grupo antiabortista Texas Pregnancy Care Network, para que dirijan el programa. Estos subcontratistas tienen amplia libertad sobre cómo gastan los ingresos del estado, según la investigación de ProPublica y CBS News.
La indagación evidencia que los funcionarios de la Comisión de Salud y Servicios Humanos, encargados de supervisar el programa, no saben cómo se están gastando los millones de dólares de los contribuyentes asignados a dicho programa ni si estos están cubriendo las necesidades de las familias estadounidenses.
¿Qué son los centros de crisis de embarazo y cómo funcionan?
Los centros de crisis de embarazo son clínicas o camionetas (clínicas móviles) que aparentan ser centros de salud verdaderos u oficiales; sin embargo, tienen el objetivo de asustar, avergonzar y presionar a las personas para que no se hagan un aborto. Además, proporcionan desinformación sobre el aborto, los métodos anticonceptivos y la salud sexual, según la organización Planned Parenthood.
Estos centros no son clínicas médicas oficiales, por lo tanto, no realizan abortos ni ofrecen una gama completa de servicios de salud, ni cumplen con las leyes del Health Insurance Portability and Accountability Act de 1996 (HIPAA), la cual protege la confidencialidad y seguridad de la información médica y facilitar a las personas mantener un seguro médico, como deben hacerlo los proveedores de salud verdaderos en el país vecino.
Las clínicas falsas intentan parecerse a un consultorio médico normal, por lo que puede ser confuso para las mujeres que asisten a estos centros, ya que cuentan con máquinas para hacer ultrasonidos, personal que usa batas blancas, nombres parecidos a los de las clínicas reales y sitios web profesionales.
La organización Planned Parenthood explica que estos centros se ubican cerca de clínicas de salud verdaderas, donde colocan carteles anunciando sus servicios como pruebas de embarazo y consejería para el embarazo.
Los centros de crisis de embarazo vulneran los derechos de las mujeres
Estos centros, al no ser oficiales ni tener responsabilidades legales, podrían dar información a organizaciones antiaborto y utilizar esa información para acosar a las mujeres que solicitaron información para interrumpir su embarazo. La organización Planned Parenthood señala que esta situación es preocupante para las mujeres que viven en estados con leyes antiaborto.
Por ejemplo, en el estado vecino, Texas, actualmente el aborto es ilegal, solo hay dos excepciones muy limitadas: se puede interrumpir el embarazo de manera legal solo para salvar la vida de la persona embarazada y para prevenir riesgos graves para la salud física de la misma.
En este sentido, la organización resalta que estos centros no respetan la libertad de conciencia ni el derecho de la mujer a decidir. Además, disfrazan la realidad de que están afiliados a organizaciones religiosas cuando, en realidad, están impulsados por una agenda política.
Finalmente, se pone en evidencia las tácticas que utilizan para persuadir a las personas de no abortar, entre ellas el uso del miedo, imágenes y exámenes de ultrasonido no solicitados para intimidar y avergonzar a las mujeres que buscan un aborto seguro y legal, según se lee en su página oficial. Todas estas prácticas ponen en peligro el bienestar físico y emocional de las mujeres.