Piensa en la forma en que se reparten las tareas domésticas en tu hogar. ¿Quién es la persona  que siempre lava los platos después de cenar? ¿Quién se encarga de cuidar a los niños? Estas pequeñas acciones pueden parecer insignificantes, pero en realidad, reflejan una dinámica de poder y responsabilidad que se ha establecido en nuestra sociedad: el machismo.

El machismo se compone de ciertas conductas, comportamientos y creencias que promueven, reproducen y refuerzan diversas formas discriminatorias contra las mujeres. Se construye a través de la polarización de los roles y estereotipos de género que definen lo masculino de lo femenino. Su principal característica es la degradación de lo femenino. Su mayor forma de expresión, la violencia en cualquiera de sus tipos y modalidades en contra de las mujeres.

Ojo: se suele pensar que el machismo es una actitud exclusivamente de los hombres. Sin embargo, al tratarse de un sistema en el cual todas las personas hemos sido culturizadas, cualquiera, independientemente de su género o su orientación sexual, puede replicar esas acciones, ideas o comportamientos, incluso sin ser conscientes de que también nos puede afectar en mayor o menor medida.

Para conocer más sobre las implicaciones del machismo en nuestra cultura entrevistamos a Antonio Ornelas, facilitador de los grupos de trabajo de GENDES, una organización que se dedica a la construcción de relaciones igualitarias entre hombres y mujeres.

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Socialización y cultura

Las actitudes machistas se basan en estereotipos y roles de género que buscan resaltar la masculinidad. Estos estereotipos pueden ser tan sutiles que pasan desapercibidos, pero tienen un impacto profundo en la forma en que nos relacionamos con los demás, explica Antonio Ornelas.

"Por ejemplo en la comunicación no verbal observamos por ejemplo que cuando un hombre abraza a otro hombre tiene que sonar el abrazo para que no quede como un abrazo "suavecito" o "blando", sino que suene fuerte y entonces escuchas cómo se dan unas alineadas de espaldas" (Antonio Ornelas.)

La socialización y la cultura juegan un papel fundamental en la formación de actitudes machistas. Incluso en familias con un ambiente aparentemente equitativo, pueden existir discursos machistas que se transmiten de generación en generación.

"Pude haber crecido en un ambiente aparentemente muy equitativo muy equilibrado y aún así habían muchos discursos, machistas, por ejemplo un abuelo que le dice a su nieto de 13 años que tome su primer cerveza para "ser hombre" o una mamá que le dice a su hijo que cuando tenga novia se busque una que lo cuide, le cocine y este en su casa" (Antonio Ornelas.)

Antonio Ornelas menciona que las actitudes machistas, sexistas y misóginas se cruzan en muchas ocasiones: los comentarios homofóbicos pueden ser sexistas y machistas, ya que buscan convencer a los hombres de que se queden "de su lado" y no se "vayan al otro lado", mientras que la misoginia tiene un trasfondo más sutil.

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Test: reconociendo actitudes machistas

El conocimiento es fundamental para cambiar las actitudes machistas. Es importante nombrar la violencia y atrevernos a cuestionarnos nuestras propias acciones. Antonio Ornelas señala la necesidad de hacer una pausa y analizar nuestras relaciones con las personas que nos rodean.

Este test está basado en la entrevista con Antonio Ornelas. Su objetivo es ayudarte a identificar posibles actitudes machistas en tu propio comportamiento e interacciones.

Instrucciones:

  • Lee cuidadosamente cada afirmación.
  • Considera tus propias acciones y pensamientos.
  • Elige la respuesta que mejor refleje tu comportamiento o creencias habituales.
  • Responde con honestidad. No hay respuestas correctas o incorrectas.

1. Cuando haces las tareas de la casa, ¿lo ves como ayudar o colaborar?

a) Ayudar

b) Colaborar

2. ¿Sueles hacer bromas o comentarios que se consideran homofóbicos o discriminatorios en el trabajo?

a) Sí, pero es sólo una broma.

b) No, evito hacer este tipo de comentarios.

3. ¿Sientes la necesidad de imponer tu opinión o decisión en situaciones sociales, como cuando conduces o en un grupo de amigos?

a) Sí, me gusta tener el control.

b) No, valoro la igualdad y el respeto.

4. Sueles utilizar el contacto físico para mostrar tu fortaleza o determinación, por ejemplo, arrebatar cosas o golpeas algo cuando te enojas.

a) Sí, es una forma de mostrar fuerza.

b) No, prefiero un acercamiento más suave.

5. ¿A menudo justificas tus acciones o creencias diciendo “los hombres son así” o “está en su  biología”?

a) Sí, creo que existen diferencias biológicas.

b) No, creo en la responsabilidad y el crecimiento personal.

6. ¿Crees que las mujeres deberían encargarse de cocinar, limpiar y cuidar a los niños, mientras que los hombres se centran en el trabajo y las finanzas?

a) Sí, es lo tradicional.

b) No, creo en las responsabilidades compartidas.

7. ¿Sueles hacer comentarios sobre el aspecto o el comportamiento de las mujeres que son degradantes o cosificadores?

a) Sí, pero sin ánimo de ofender.

b) No, trato a las mujeres con respeto.

8. ¿Te incomoda que un hombre exprese emociones o muestre vulnerabilidad?

a) Sí, me hace sentir débil.

b) No, creo que los hombres deberían poder expresarse.

9. ¿Sueles interrumpir a las mujeres o hablar por encima de ellas en las conversaciones?

a) Sí, no siempre soy consciente de ello.

b) No, escucho atentamente a todo el mundo.

10. ¿Crees que los hombres son naturalmente más agresivos y violentos que las mujeres?

a) Sí, es una diferencia biológica.

b) No, creo que la violencia es un comportamiento aprendido.

Puntuación: Respuestas mayoritariamente a: es posible que tengas actitudes machistas de las que debes ser consciente. Respuestas mayoritariamente b: parece que entiendes bien la igualdad de género y el respeto.

Recuerda: este test es sólo un punto de partida. Es importante que sigas aprendiendo y reflexionando sobre tu propio comportamiento y creencias.