¿Recuerdas cuando tu papá, tíos o abuelos se reunían en fiestas y celebraciones, y siempre había alguien que insistía en que tomaran un trago después de otro? ¿O cómo se reían y se burlaban de aquellos que no querían beber o que se negaban a seguir el ritmo de la fiesta?
Si creciste en una familia mexicana, es posible que hayas visto a algunos de ellos convertirse en personas diferentes después de unas cuantas copas, mostrando una faceta más agresiva.
La realidad es que muchos hombres se sienten atrapados en una trampa de expectativas sociales que les dicen que deben ser fuertes, agresivos y emocionalmente cerrados. Y el alcoholismo es a menudo una forma de escapar de estas presiones y demostrar la masculinidad.
Pero la verdad es que el alcoholismo no es solo un problema individual, sino también un problema social que afecta a las familias y comunidades, algo que se agudiza sobre todo en las épocas festivas, como en Navidad o Año Nuevo.
En entrevista para La Cadera de Eva, Ricardo Ayllón, director de GENDES y Hugo Barbosa, responsable del área de atención de esta organización que se dedica a la construcción de relaciones igualitarias entre hombres y mujeres, nos explicaron la relación entre el alcohol y la masculinidad tóxica y cómo esta combinación es especialmente peligrosa en estas fechas.
¿Cuál es el vínculo entre el alcohol y la masculinidad tóxica?
La relación entre la masculinidad y el alcoholismo está profundamente arraigada en los estereotipos de género y las expectativas sociales. Ricardo Ayllón, señala que muchos de los mandatos que se esperan de los hombres tienen que ver con el abuso del alcohol. Uno de los estereotipos más comunes es que "si no tomas, no eres hombre". Esta presión social puede llevar a los hombres a consumir alcohol de manera excesiva para demostrar su masculinidad.
"Muchos hombres que cuando deciden no tomar alcohol, son objeto de burlas y discriminación" (Ricardo Ayllón, director de GENDES.)
Además, el abuso del alcohol se relaciona con otro aspecto de la masculinidad tradicional: la no expresión de emociones que se consideran tradicionalmente femeninas, como la tristeza o el miedo. Ricardo Ayllón explica que esto puede tener consecuencias negativas para la salud mental y emocional de los hombres.
El abuso del alcohol trae consecuencias muy negativas para quien toma y para la gente que lo rodea, al formar parte de la mirada tradicional de ser hombres, desde el machismo esto se refleja en la manera en que los hombres se miden entre sí, compitiendo por quién es más hombre, quién toma más y quién aguanta más. Esta competencia constante puede tener consecuencias graves, como la violencia.
Ricardo Ayllón explica que el alcohol se utiliza como excusa para ejercer violencia, pero en realidad, el ejercicio de la violencia ha estado presente todo el tiempo, esto puede manifestarse en forma de golpes, pleitos y accidentes, y puede tener un impacto devastador en las parejas, hijos y hijas de los hombres alcohólicos, quienes pueden buscar parejas con la misma lógica de violencia y dominación.
Navidad: un momento crítico para las violencias
La combinación de alcoholismo y masculinidad tóxica puede ser especialmente peligrosa durante las fiestas navideñas, cuando se espera que las familias se reúnan y celebren. Sin embargo, esta época del año también puede ser un momento de gran tensión y violencia, sobre todo cuando se combina con el consumo excesivo de alcohol.
"El uso del alcohol está tan normalizado que como hombres, podemos expresar formas de violencia en las mesas, en las cenas. Esto puede incluir desde comentarios despectivos hasta actos de violencia física" (Ricardo Ayllón, director de GENDES.)
Al respecto, Ricardo Ayllón menciona que, lamentablemente en muchas ocasiones, las víctimas de abuso son obligadas a confrontar a sus agresores en situaciones sociales, lo que puede ser muy doloroso y traumático, para concientizar de esta situación GENDES preparó una cápsula especial para Navidad, con el objetivo de promover una reflexión en los hombres sobre su responsabilidad en la convivencia familiar y social.
"Diciembre es una fecha en la que aumentan los casos de violencia en la pareja y la familia, debido a la combinación de factores como el alcohol y la convivencia forzada. Si seguimos con este ejercicio y abuso del alcohol combinado con nuestro machismo, nos vamos a quedar solos" (Ricardo Ayllón, director de GENDES.)
Violencia familiar: un problema de todo el año
La relación entre el consumo de alcohol y la violencia en el hogar es una mezcla nociva que puede tener consecuencias devastadoras no solo durante las fiestas decembrinas, está presente todo el año, esto quedó evidenciado durante la pandemia, pues el confinamiento elevó el número de llamadas a líneas de atención.
Hugo Barbosa, responsable del área de atención de GENDES explica que esto se debe a que la convivencia familiar se complica cuando los hombres no saben respetar las ideas, espacios y comentarios de las demás personas, pues bajo la lógica de la masculinidad tradicional, los hombres pueden sentir que deben imponer su autoridad y controlar a los demás, lo que puede llevar a la violencia.
En 2023, las llamadas por violencia familiar aumentaron un 8.5% de noviembre a diciembre, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Y aunque el incremento podría parecer moderado, destaca porque ocurre tras una tendencia a la baja registrada desde el segundo cuatrimestre del año, evidenciando que diciembre es un mes crítico para este tipo de violencia.
La situación económica también puede ser un factor que contribuya a la violencia, ya que la presión financiera puede aumentar el estrés y la frustración. A esto se suma que los hombres también tienden al aislamiento, lo que puede generar discusiones y conflictos en la familia.
"En GENDES, hemos observado que enero es uno de los meses con mayor registro de ingresos de hombres que buscan ayuda para cambiar su comportamiento violento. Esto se debe a que, después de las fiestas, muchos hombres se dan cuenta de que necesitan ayuda para manejar su violencia y mejorar sus relaciones familiares" (Hugo Barbosa, responsable del área de atención de GENDES.)
Los hombres que se acercan a GENDES para pedir ayuda lo hacen por diversas razones. Hugo Barbosa señala que muchos de ellos llegan porque ya tienen una situación muy complicada en su vida personal: su pareja ya los abandonó y no les permiten convivir con sus hijas o hijos. Estos hombres suelen estar motivados por el deseo de recuperar la estructura familiar.
"Muchos dicen que vienen de familias disfuncionales o rotas, y no quieren que sus hijos padezcan lo mismo. Sin embargo, muchos de ellos no se dan cuenta de que están generando el mismo patrón de comportamiento que sufrieron en su infancia" (Hugo Barbosa, responsable del área de atención de GENDES.)
Otra razón por la que los hombres se acercan a GENDES es porque han cometido el delito de violencia familiar y han sido mandados por la Fiscalía General de Justicia. En estos casos, los hombres suelen llegar con resistencia y enojo, pero con el tiempo, pueden empezar a trabajar en su proceso de cambio.
También hay hombres que se acercan a esta organización de manera voluntaria, después de haber observado patrones de comportamiento machista en sus relaciones y haber decidido buscar ayuda.
Sin embargo, muchos hombres abandonan el proceso de cambio después de un tiempo y vuelven a caer en el ciclo de violencia. Hugo Barbosa explica que esto se debe a que las creencias y actitudes machistas están profundamente arraigadas en la cultura y son difíciles de cambiar. Otro factor que contribuye a que los hombres vuelvan a caer en el ciclo de violencia es la presión social y familiar.
"Pueden ser mensajes de otros hombres o de mujeres de la misma familia que promueven la idea de que un hombre debe ser fuerte y dominante" (Hugo Barbosa, responsable del área de atención de GENDES.)
Políticas públicas
La creación de programas de tratamiento para el alcoholismo que incorporen una perspectiva de género es fundamental para abordar las necesidades específicas de los hombres. Ricardo Ayllón destaca que es importante que los hombres se den cuenta de que sus emociones y sentimientos no son una debilidad, sino una parte natural de la condición humana.
La incorporación de una perspectiva de género en los programas de tratamiento para el alcoholismo puede ayudar a los hombres a identificar y desaprender los aprendizajes y mandatos que les han sido impuestos por la sociedad.
"Cuando me doy cuenta de que tengo miedo, que tengo tristeza, que tengo problemas para detener el alcoholismo, puedo empezar a hablar de ello y a buscar ayuda" (Ricardo Ayllón, director de GENDES)
Además, la creación de programas de tratamiento que incorporen una perspectiva de género puede ayudar a los hombres a crear vínculos saludables con otros hombres y con las mujeres, y a mostrar a los hijos y a otros hombres que es posible tener una masculinidad alternativa.
"Puedo hacer un modelo o un referente de una masculinidad distinta, una masculinidad que no se basa en la violencia y el dominio, sino en la empatía y el respeto" (Ricardo Ayllón, director de GENDES.)
¿A dónde acudir si necesito ayuda?
Si conoces a alguien que está pasando por una situación complicada de alcoholismo y necesita ayuda, hay varias formas de acercarse. Una de ellas es contactar a la línea GENDES, una línea de ayuda atendida por psicólogos hombres que está disponible las 24 horas del día, los 365 días del año. El número de la línea es 55 47 57 92 88.
Además, se puede acceder a la página electrónica de GENDES y solicitar ayuda a través de la sección de "Info". Los especialistas de Gendes regresarán la llamada o el correo electrónico para brindar atención y apoyo.
Los grupos de reeducación se llevan a cabo los lunes, martes y miércoles de 7 a 9 de la noche, y los sábados de 10 de la mañana a 12 del día. GENDES está ubicado en la colonia Roma Sur, en la calle de Tuxpan número 47.
"Trabajamos en que primero identifiquen la manera en que están ejerciendo violencia, los impactos que ha tenido esta violencia y luego empezamos a modificar esas actitudes, cuestionando nuestros estereotipos y la manera en que hemos aprendido a ser hombres" (Hugo Barbosa, responsable del área de atención de GENDES.)