Después de dos meses y medio de audiencias, el tribunal penal de Vaucluse en Aviñón, Francia, finalmente condenó a Dominique Pelicot a 20 años de prisión por drogar y violar a su exesposa, Gisèle Pelicot, durante 10 años, permitiendo que decenas de hombres también abusaran de ella.
Otros 50 hombres acusados en el caso recibieron condenas de entre tres y 15 años, penas menos severas que las solicitadas por la fiscalía francesa. Todos tienen 10 días, hasta el 29 de diciembre, para apelar la sentencia.
Este caso ha generado conmoción mundial y ha convertido a Gisèle en un símbolo de la lucha contra la violencia sexual. Al rechazar un juicio a puerta cerrada, Gisèle buscaba que "la vergüenza cambie de bando".
Este jueves, cientos de personas se reunieron fuera del tribunal para mostrar su apoyo a Gisèle Pelicot, gritando "¡Gracias!" después de que se emitieran las sentencias. Ella expresó su respeto por la sentencia y destacó la importancia de su lucha, no solo por ella misma, sino por sus hijos, nietos y todas las demás víctimas de violencia sexual.
"Pienso en mis tres hijos. Pienso también en mis nietos que son el futuro y también es por ellos que lideró esta lucha. También pienso en todas las demás familias afectadas por esta tragedia y en las víctimas no reconocidas cuyas historias permanecen en las sombras" (Gisèle Pelicot)
Activistas feministas como “Las Amazonas de Aviñón” expresaron decepción por las sentencias más cortas de las esperadas, pues al menos cinco de los acusados saldrán libres del tribunal esta tarde, ya que algunos de ellos ya han cumplido condena en prisión y otros han sido condenados a penas suspendidas, esto significa que no deberán cumplir esos dos años en prisión de inmediato, siempre que no cometan nuevos delitos ni violen las condiciones impuestas por el tribunal.
Justicia a medias
El pasado 27 de noviembre, la Fiscalía francesa solicitó 652 años de cárcel por violaciones y agresiones sexuales contra Gisèle Pelicot, de 72 años. Sin embargo, las sentencias emitidas este 19 de diciembre suman solo 441 años, siendo menos severas que las solicitadas. Muchos acusados recibieron condenas de alrededor de 12 años, cercanas a la pena media por violación en Francia en 2022, que fue de 11.1 años, de acuerdo con el Ministerio de Justicia.
Dos hombres, Joseph C. y Saiffedine G., recibieron condenas de tres años por agresiones sexuales agravadas, con dos años suspendidos. Otro acusado, Hassan O., fue condenado en rebeldía a 12 años de prisión por no presentarse al juicio.
En entrevista para France 24, el abogado Roland Marbillot celebró que el tema del consentimiento no fuera el foco principal del juicio, lo que permitió penas menos severas para sus clientes.
"Las sentencias se han adaptado y eso es bueno. Uno de mis clientes está en libertad, el otro no, pero seguramente será liberado en unas semanas o meses. Quiero señalar que aquí juzgamos, no legislamos" (Roland Marbillot, abogado. )
El reciente fallo en el caso de Gisèle Pelicot ha generado un debate intenso sobre la necesidad de transformar el sistema de justicia penal en Francia. El gobierno está considerando incluir el consentimiento en la definición de violación, algo que ya existe en varios países europeos como Suecia, Alemania, España y Reino Unido.
Al respecto, la abogada feminista Leslie Jiménez, señala que el caso de Gisèle Pelicot ha evidenciado las limitaciones del actual enfoque jurídico y la urgencia de adoptar un enfoque antipatriarcal que valore emociones, experiencias y derechos, pues señala que la estructura binaria y objetividad masculina del derecho deshumaniza a las mujeres y reproducen desigualdades.
"La lucha no se limita a cambiar leyes, sino a transformar cómo se ejerce el poder en la sociedad. Solo así construiremos un derecho que responda a las necesidades reales de todas las personas" (Leslie Jiménez, abogada.)
Cronología del caso
Durante casi 10 años, Dominique Pélicot utilizó sitios web y plataformas de mensajería para contactar a hombres en un radio de 40 kilómetros, con el objetivo de someter a Gisèle, a abusos sexuales. El hombre admitió haberla drogado con sedantes antes de permitir que desconocidos la violaran. Las primeras agresiones datan de 2011 y duraron casi una década, sin que ella fuera consciente de lo que sucedía.
Los delitos salieron a la luz en 2020, cuando Dominique fue detenido por filmar bajo las faldas de mujeres en un centro comercial. La policía encontró imágenes de los abusos en su teléfono y computadora. El juicio contra Dominique y otros 50 acusados comenzó el 2 de septiembre.
Gisèle Pélicot, de 72 años, decidió renunciar a su derecho a un juicio privado para que el caso sea público y la sociedad cambie su forma de abordar la violación. Durante el juicio, Gisèle fue recibida con aplausos y habló abiertamente con la prensa, mientras que los acusados se tapaban el rostro.
No existe un perfil del violador ni son monstruos sacados de una película de terror. Los agresores eran hombres con trabajos ordinarios, como un periodista, un enfermero, un político local, un custodio, un bombero, un ex policía, un electricista; solteros, casados, divorciados....
Las reglas para cometer los abusos eran claras: entrar sigilosamente, evitar olores y no despertar a la víctima. La mayoría de los agresores solo fue una vez, pero 10 regresaron en varias ocasiones.
La declaración de Dominique durante el juicio reveló que todos los demás hombres eran conscientes de que su esposa había sido drogada sin su consentimiento, aunque varios acusados lo negaron.
"Soy un violador como todos los que están en esta sala" (Dominique Pelicot)
Este caso ha generado un impacto significativo en la conciencia pública sobre la violencia sexual y la importancia de la justicia para las víctimas.