Suena el despertador a las siete de la mañana, Alaín Pinzón se despierta para hacer su rutina de pesas. Después comienza a preparar los paquetes con medicamentos para personas que viven con VIH que debe enviar a distintos estados del país. No es mediodía y Pinzón ya se encuentra respondiendo los mensajes pendientes, organiza la agenda de atención a personas de testeo de PrEP y PEP.
A lo largo del día se comunica con las personas usuarias de VIHve Libre que tienen dudas, las que necesitan carga viral CD4, con quienes han estado o continúan hospitalizadas. Sus días terminan hasta entrada la madrugada, sin embargo, cuando tiene mucho trabajo sólo duerme un par de horas.
"Estar en contacto con más gente, eso es lo que hago todos los días. Si hay mucho trabajo duermo un par de horas, si el trabajo está sostenido me duermo a la una, a las doce y media", cuenta Alaín Pinzón, activista por los derechos de las personas que viven con VIH y director de la asociación VIHve Libre, en entrevista con La Cadera de Eva.
¿Cómo surgió VIHve Libre?
VIHve Libre nació en 2019 como un grupo de apoyo presencial creado por Alaín Pinzón. Con la llegada de la pandemia por covid-19 en 2020, comenzaron a realizar otro tipo de actividades que han ido mutando hasta convertirse en una asociación que apoya a las personas que viven con VIH. "Tenemos el programa de PrEP, PEP y TARV a nivel nacional, conseguimos también el medicamento retroviral para personas que sufren el desabasto, acompañamiento hospitalario, medicamentos de otro tipo de padecimientos", señaló el activista.
"Lo que me motivó fue el ver que las personas que vivimos con VIH en este país no teníamos voz, muy pocas veces tenemos voz en la agenda y vida pública de este país. Parecería que nada más contamos como si fuéramos un número, un expediente, una cifra y somos mucho más que eso, merecemos una representación pública. Merecemos salir de esa conciencia colectiva en al que nos tienen como enfermos terminales", explicó Alaín Pinzón.
El mayor reto es dejar de tener miedo y tener la confianza que nos va a hacer libres de los prejuicios de la gente: Alaín Pinzón
Como activista, Alaín Pinzón considera que algunos de los retos a los que se enfrenta son los prejuicios y el estigma. Sin embargo, el mayor de todos es la negligencia de las autoridades federales en materia de salud. "El mayor reto es hacerles entender que sus políticas públicas son ineficientes, que sus decisiones traen consecuencias graves en la vida de las personas que vivimos con VIH, el reto es trabajar a pesar de las autoridades, el reto es continuar y lograr tranquilidad a pesar de las malas decisiones en política pública en materia de salud y VIH", reclamó.
Una persona que vive con VIH también se enfrenta a la serofobia, es decir el odio o rechazo hacia las personas que viven con VIH, como lo explicamos en la nota "Serofobia: El odio hacia las personas que viven con VIH".
En México el 34.8% de la población de 18 años y más no estaría dispuesta a rentarle un cuarto de su casa a una persona que vive con VIH, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) 2022. La misma encuesta reveló que el 28.7% de la población de 18 años y más estuvo de acuerdo con la frase "convivir con personas que vive con SIDA o VIH siempre es un riesgo", frase que se sustenta en la desinformación y genera discriminación en contra de este sector de la población.
El Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación (Conapred) advirtió que este grupo de la población es uno de los más discriminados en México, como te contamos en esta nota.
"El mayor reto es la serofobia, la ignorancia, los estigmas, la falta de trabajos dignos y bien remunerados en dónde no te pregunten '¿por qué va tanto al seguro social? ¿por qué tiene que llegar tarde una vez al mes?'. Cuando llegamos tarde no por gusto, sino por ir a recoger nuestro medicamento. El mayor reto es dejar de tener miedo y tener esa confianza que nos va a hacer de alguna u otra manera libres de los prejuicios de la gente", apuntó Alaín Pinzón.
El activismo es un trabajo que muchas veces te puede poner en riesgo, no se paga, no tiene descanso, absorbe tu tiempo personal e incluso puede afectar tu salud mental, ¿por qué decir hacerlo día con día? En una respuesta sencilla y contundente, Alaín Pinzón recuerda "porque alguien tiene que hacerlo".
Pinzón comparte que el activismo y sus pares lo ha salvado de muchas formas. "Mi responsabilidad es responder con esas mismas ganas que las personas que viven con VIH en este país le ponen a la búsqueda de trabajo, de mejores oportunidades, de atención medica, a la búsqueda de tener una vida tranquila y en ese sentido tengo que responder yo, ayudarles, porque si yo tengo tranquilidad, si yo merezco tranquilidad también las demás personas la merecen", afirmó.
"El trabajo que hago todos los días es siempre por y para mis pares, para que tengan una mejor calidad de vida, tranquilidad, medicamentos, para que no se sientan solos", concluyó Pinzón.
¿Qué podemos hacer para terminar con el estigma y crear una comunidad en la que cuidemos de todes?
Alaín Pinzón realiza un trabajo titánico al conseguir medicamentos en desabasto para las personas usuarias de VIHve Libre, canalizarlos con instituciones que les puedan brindar un diagnóstico y tratamientos e incluso tener que permanecer vigilante a que las autoridades de salud cumplan con sus funciones sin discriminar a las personas que acompaña.
El activismo no es una tarea fácil, en diversas ocasiones Alaín Pinzón ha visto y escuchado casos graves, las personas que acompaña le han contado sus problemas. Para poder seguir ayudándoles, el activista ha tomado terapia permanente desde hace tres años. Otra cosa que le ayuda a cuidar de su salud mental es no dejar de hacer actividades que le gustan como ir al cine o hacer ejercicio.
"Necesito contención, necesito sacar todo lo que veo, todo lo que escucho, todo lo que los usuarios me cuentan, todos los problemas que traen. Eso me ayuda a mí y a mi propio proceso", nos comparte.
La labor de Alaín Pinzón no tendría que realizarla solo, que las personas que viven con VIH accedan a sus derechos es un tema que tiene que importarnos a todas, todos y todes. ¿Qué podemos hacer para terminar con el estigma y crear una comunidad en al que cuidemos de todes? Lo principal es brindar una educación sexual integral, pues reducirá los prejuicios en torno a este sector de la población. "Entre más visibles seamos, más vamos a avanzar todas la comunidades que vivimos con VIH", enfatizó.
El activista explica que la sociedad tiene que dejar de pensar que no ser homosexual o no ser una persona trans anula la posibilidad de tener VIH. "El entender y empatizar con la realidad de otras personas que pueden parecernos ajenas nos va a ayudar a avanzar", manifestó.
"El día que una persona que viva con VIH pueda llegar con su familia, a su casa, con su pareja, a su trabajo, con sus amigos a decir abiertamente que tiene VIH y no ser rechazada, ese día México va a dejar de ser un poco menos serofóbico, un poco más habitable", concluyó Alaín Pinzón.