El periodismo en América latina ha dado pasos agigantados en pro de la igualdad y la paridad de género en las últimas décadas y, al interior de las redacciones voraces, han sido las mujeres editoras quienes libran una batalla constante por transformar los medios de comunicación.
Encargadas de promover una agenda con perspectiva de género, las editoras de género son las principales impulsoras de reforzar la defensa de los derechos humanos y de fungir como filtro en la manera en que se dan a conocer las noticias que se producen diariamente, sin importar si se trata de deportes, espectáculos, política, economía o salud.
¿El problema?: Librar una lucha contra las resistencias al interior de los medios de comunicación y la ola de violencia digital que las vulnera y acosa.
Las mujeres en los medios de comunicación
En América Latina, 4 de cada 10 personas que se desempeñan en el periodismo son mujeres, de acuerdo con el informe de Proyecto de Monitoreo Global de Medios realizado con el apoyo de ONU Mujeres en 2021. El mismo informe muestra que, en los últimos 15 años, la participación de mujeres en los medios de comunicación creció de manera importante en toda la región, sin embargo, este universo se reduce cuando se encuentra que difícilmente ocupan cargos directivos en los medios, pues por lo regular, se desempeñan como reporteras de prensa escrita.
El transitar del periodismo se vuelve complejo, pues no sólo se lucha por ocupar los espacios directivos, sino que quienes logran desempeñarse en áreas editoriales deben resistir por mantenerlo y es que, una investigación realizada por Latam Journalism Review revela que los principales actores de violencia contra editoras de género son otros colegas y los lectores.
Para entender cómo se gestan las dinámicas al interior de las redacciones y cómo se ha impulsado la transformación de los medios de comunicación, La Cadera de Eva entrevistó a Martha Citlalin Ramos Sosa, directora de la Organización Editorial Mexicana (OEM), la compañía de medios impresos más grande de México, y a Gloria Piña, periodista de investigación galardonada con el primer lugar del Premio Breach / Valdez de Periodismo y Derechos Humanos 2022 por su investigación "Las sobrevivientes, olvidadas por la justicia".
Estas son sus recomendaciones y mecanismos de autodefensa para que la perspectiva de género no sea un aditamento en el periodismo, sino el engranaje más importante sobre la marcha.
Las buenas noticias: el trabajo de mujeres transformó al periodismo
Hace más de 30 años, Martha Citlalin Ramos pisaba por primera vez una redacción; los hombres lideraban los puestos más importantes y el ambiente estaba cubierto de una densa nube de cigarro, ¿perspectiva de género?, ¡impensable!
Se desempeñaba como traductora de claves internacionales, aún no existía el fax. Ramos recuerda el espacio como un lugar dominado por hombres y, paralelamente, muy difícil para las mujeres: “Algunas nos quedamos y resistimos, pero no fuimos todas”, recuerda la directora de la OEM.
Sus colegas le cuestionaban el porqué estaba ahí y no cuidando de su hogar.
“Todas queríamos llegar a más puestos de poder, ¿para qué?, pues para transformar la agenda. Fue la sociedad misma que presionó para que hubiera más mujeres en la vida diaria porque la redacción es un reflejo de la sociedad a la que sirves. Ahora que tengo un puesto de dirección hay que pautar la perspectiva de género y la convivencia -algo que antes no había, tú tenías que guardar silencio-... Miro esos 30 años y fueron rudos”
Hoy, Martha Citlalin Ramos resume los avances en perspectiva de género: No le dejamos a las nuevas generaciones lo que nosotras encontramos.
Hace siete años que la periodista de investigación Gloria Piña se ha desempeñado en diversos rubros, desde la televisión hasta la prensa escrita y la radio. Lo primero que encontró fue que la perspectiva de género no era considerada algo con gran peso, sin embargo, al igual que la directora de la OEM, ataja que hoy las cosas se mantienen en constante movimiento gracias a las periodistas que toman la agenda feminista, la defienden y no la sueltan. Algo que Flavia Lima, subdirectora-editora de diversidad del diario Folha de S.Paulo concluye de la siguiente manera:
"Mi función no es sólo producir contenidos relacionados con la diversidad. Nuestra visión es realmente desconectar este contenido de la palabra ‘diversidad’ en el sentido de que debería tratarse como cualquier otro tema relevante" (Flavia Lima en entrevista con Latam Journalism Review)
Una lucha interna… y externa en los medios de comunicación
La investigación realizada por Latam Journalism Review reveló que las periodistas que laboran en la edición y revisión de textos con perspectiva de género en los medios de comunicación se enfrentan a múltiples luchas, por ejemplo, la violencia digital. Son atacadas en sus cuentas personales, vulneradas, acosadas y expuestas. Es decir, que las editoras resisten al interior de las redacciones y también, en lo público.
Gloria Piña acota que uno de los principales problemas es que hay pocas mujeres en la representación editorial, lo que produce que se les invalide de manera constante y luego, esta descalificación también se reproduce a nivel social con quienes consumen el contenido.
“Esta violencia permea en la descalificación porque el trabajo lo hace una mujer, cuestionan tu capacidad, invalidan tu formación profesional, incluso, critican tu aspecto”, señala la periodista.
Mariana Isasis del Fondo de Población de las Naciones Unidas comparte con el Latam Journalism Review que las editoras feministas viven constantemente hostigamientos por parte de algunos grupos antiderechos, siendo la violencia digital uno de los principales focos de hostigamiento, lo que ha orillado a muchas mujeres a cerrar sus cuentas a causa de amenazas y hostigamientos que ella define como brutales.
¿A qué le atribuyes que existan todavía algunas resistencias en las redacciones para sacar a flote la perspectiva de género?, Gloria Piña responde consecuentemente que todo se debe a una cuestión de privilegios y poder, pues les resulta incómodo que existan mujeres -especialmente de las nuevas generaciones- que expliquen temas de género, que se apropien de las redacciones, que busquen la visibilidad e incluso, el renombre. Esto último, lo acota la periodista recordando cómo, históricamente, en el periodismo existieron casos de robo de propiedad intelectual.
“Las mujeres explicamos y narramos el periodismo de género, aún sin tener estos puestos de poder. Normalmente ellos están sobre nosotras a pesar de que tengamos mayor conocimiento de género, parece algo que no les interesa o bien, están centrados en otro tipo de fuentes” (Gloria Piña)
Martha Citlalin Ramos aprendió a través de los años que la redacción es un campo de batalla donde no hay enemigos, pero sí una lucha donde las mujeres encaran las viejas prácticas a través de un arma muy poderosa: el diálogo.
Un mensaje para las editoras de género
Piensa por ejemplo en el aborto, señala la directora de la Organización Editorial Mexicana, ¿cómo lo iban a abordar los directores de periódicos de zonas como el bajío?, probablemente lo harían utilizando el discurso de la iglesia porque, de alguna manera, ellos responden a la sociedad a la que sirven. No se trataba de gritarles: ¡No, no lo hagas!, porque no habría manera de convencerlos de que no lo hicieran, pero sí se trató de entablar un diálogo donde se les pudieran explicar las consecuencias de un embarazo en situación de vulnerabilidad y hacerles ver que una mujer tiene derecho a decir.
¿El diálogo es tu mejor herramienta, Martha? Sí, cuando lo vas platicando así, entonces, cambias el panorama; aunque toma su tiempo vas cosechando las semillas.
Otro punto importante que la directora de la OEM acota es que siempre hay que recordar que todo se trata de un aprendizaje constante, por lo que siempre habrá resistencias; los medios de comunicación siguen siendo espacios de humanos y a eso nos atenemos, bromea.
“Cuando estás en un medio se toman tres decisiones por minuto y no todas salen bien, de hecho, a veces salen terriblemente mal, lo importante es ir corrigiendo sobre la marcha y dialogarlo” (Martha Citlalin Ramos)
Hay algo que se debe mantener en mente y es que, es imposible que las personas estén siempre de acuerdo; no se debe cargar con el peso de un todo, pero sí recordar lo siguiente: “Yo tengo el compromiso con las personas que me leen para que tengan diferentes enfoques”.
Desde la mirada de Gloria Piña hay otro consejo importante en la agenda de género y es no permitir que se invaliden tus conocimientos.
- No hay que soltar la agenda de género porque esto no se trata de hablar de mujeres -como se malinterpreta con frecuencia-, en realidad, esto involucra desde la agenda política, legislativa, social y hasta de medio ambiente, está en todos los espacios.
- Debes saber que eres merecedora de ese espacio, no permitas que se ejerzan prácticas edadistas e infantilización en tu contra, recuerda que tu profesionalización es igual de válida que la de tus colegas.
Finalmente, hay otra situación relevante y es que, aunque las mujeres editoras se encuentren quebrando los techos de cristal al interior de las redacciones, este trabajo es imposible de lograr desde lo individual, pues también confluye una serie de factores externos y sistémicos, algo en lo que Martha Citlalin Ramos y Gloria Piña confluyen.
“Para que esto suceda necesitamos personas capacitadas y no es fácil, estamos en una industria con reporteras y reporteros que no trabajan en las mejores condiciones salariales, les pides capacitación, objetividad, exclusividad… y a cambio, les das dos bolillos y así, tampoco se puede”, explica Martha Citlalin Ramos.
Por su parte, Gloria Piña concluye que no sólo las mujeres deben de prepararse al doble o triple para ser tomadas en cuenta en las redacciones, explicar y pelear desde su trinchera por seguir la agenda de género, sino también los medios de comunicación de manera integral, pues, en México carecen de políticas efectivas, por ejemplo: la ausencia de oficinas de género, de enfoques de igualdad y la perpetuación de privilegios, normalmente, patriarcales.
“Sé que a veces gano, a veces pierdo… y hasta a veces me suspenden, las luchas van cambiando pero siempre se deben mantener. Este camino no es fácil, pero nunca ha sido fácil”, finaliza la directora de la Organización Editorial Mexicana.