Imagina que estás en tu trabajo y por alguna razón no tienes la energía de siempre, te cuesta concentrarte porque estás pasando por momentos difíciles o porque tienes alguna condición que te impide “rendir”. Entonces alguien te dice que solo “tienes que ponerte las pilas”, “que siempre hay días así”. 

Esto es un ejemplo muy sencillo del cuerdismo, aunque la realidad de esta problemática es mucho más compleja. Se trata de una forma de discriminación que minimiza los problemas de salud mental donde se espera que las demás personas actuaran como si no los tuvieran  porque socialmente se cree que ser mentalmente “cuerdo” o “normal” es lo único válido y aceptable.

El término cuerdismoes un tipo de discriminación que se da desde una posición de superioridad a quienes tienen padecimientos o alguna condición de salud mental como autismo, depresión, dificultades en el aprendizaje,TDAH, bipolaridad, esquizofrenia, y trastornos de la personalidad o personas con tartamudez, dislexia, entre otros. 

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El cuerdismo es un estigma que persiste y afecta a cerca de mil millones de personas en el mundo que enfrentan alguna condición de salud mental. Este tipo de discriminación no es nueva, existe desde la Antigua Grecia cuando se comenzó a investigar sobre estas condiciones. 

Así como se reconoce el machismo, el racismo, la homofobia y el clasismo, el cuerdismo es un prejuicio que se da en diferentes áreas y ámbitos, desde entornos personales hasta en los servicios públicos o privados, por eso es importante reconocer cuando se está minimizando o rechazando a una persona neurodivergente. 

¿Qué es el cuerdismo?

El cuerdismo, conocido en inglés como mentalism, es un conjunto de prácticas e ideología que presupone que “la superioridad de los pensamientos, prácticas y experiencias de las personas cuerdas sobre las de las personas locas”, de acuerdo con Alberto Prieto, psicólogo del Centro de Día Espartales Sur.

Es decir, es una forma de discriminación capacitista, en esta nota abordamos más sobre el capacitismo, que es un estigma en el que las personas reciben burlas y un trato distinto por las discapacidades físicas o mentales con las que viven, pero este término va más allá porque se da en varios niveles; en relaciones personales hasta en las instituciones de salud.

“Dentro del capacitismo, existen múltiples variantes como el audismo: la discriminación negativa o arbitraria o a la marginación vivida por las personas sordas; o el cuerdismo: los estereotipos, prejuicios y discriminación a las personas diagnosticadas por la psiquiatría o tachadas de locas, desde una perspectiva de superioridad cuerda”, escribió Daniela Escamilla en una publicación en el portal Yo También.

Así se ve el cuerdismo 

Este fenómeno no se debe tomar a la ligera, los prejuicios como creer que las personas con condiciones mentales son peligrosas o no están capacitadas para realizar ciertas tareas, e incluso llamarlas “locas” o “estás mal de tu cabeza” provoca la minimización de los síntomas que manifiestan como depresión o ansiedad.

Otros ejemplos de cómo se manifiesta el cuerdismo son: trivializar su sufrimiento psíquico, utilizar etiquetas diagnósticas como insulto hacia personas cuerdas, es decir, reproducir frases como “sufres de esquizofrenia” o “estás loco o loca” cuando no es así

También invalidar sentimientos o discursos porque se considera que las personas con algún tipo de discapacidad no son capaces de razonar correctamente o exageran sus sentimientos. Esto daña la autoestima de las personas e impide que hablen abiertamente de su condición o que acudan con especialistas.

El uso del término cuerdismo es una forma en las que colectivas y activistas han denunciado este tipo de violencia y discriminación a lo largo de los años. 

Un fenómeno que afecta a miles en el mundo 

En marco del Día Mundial de la Salud Mental, que se conmemora cada 10 de octubre con el objetivo general de concienciar sobre los problemas relacionados con la salud mental y movilizar esfuerzos para ayudar a mejorarla. El tema de este año es “Es tiempo de priorizar la salud mental en el lugar de trabajo”, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS). 

La OPS explica que el estigma y la falta de concienciación sobre la salud mental persisten como barreras para abordar la salud mental en el lugar de trabajo. 

Hasta el 2019 casi mil millones de personas, entre ellas un 14 % de los adolescentes de todo el mundo, padecen una condición mental, la depresión es el más común y afecta a cerca de 350 millones de personas, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

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Sin embargo, los trastornos mentales han ido empeorando globalmente desde la pandemia por COVID-19, por ejemplo, en México, tres de cada 10 personas padecen algún trastorno mental, y dos de cada tres no recibe tratamiento, de acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Por otro lado, OPS señala que los trastornos mentales y neurológicos representan el 14 % de la carga mundial de enfermedades a nivel mundial y el 22% a nivel de América Latina y el Caribe.

Aunque estos datos revelan la urgencia de atender la salud mental de las personas en el mundo y en nuestro país la inversión en salud mental no es suficiente, en esta nota explicamos que en México solo el 1.3% del presupuesto total va para salud, por debajo de las recomendaciones internacionales como la OMS.

Finalmente, el cuerdismo se puede evitar al practicar la empatía con las personas con alguna condición diversa. Asimismo, se debe respetar la autonomía y no subestimar las habilidades de cada persona en condiciones de neurodivergencia.