Las fiestas decembrinas nos llevan a convivir con mayor frecuencia con familiares, amigues y personas del trabajo, y aunque sean unas fechas para compartir y celebrar la vida, a menudo, es común encontrarnos con micromachismos o comentarios incómodos que cuestionan y señalan: "Ya no se te puede decir nada", "es que las feminazis...", "yo no soy machista, me crié con puras mujeres", ¿te suenan?
Aquí te dejamos algunos de estos mitos a derribar a través de información cimentada y puedas salir ilesa de estas conversaciones incómodas en la cena de Navidad. Eso sí, recuerda que tampoco es tu responsabilidad educar ni dar explicaciones.
"La violencia no tiene género, a nosotros también nos…"
Sí, es cierto, la violencia es un fenómeno del que difícilmente podemos escapar; los hombres también son asesinados, violados, acosados y violentados. El género masculino está atravesado por la violencia homicida y, de manera desproporcional, las mujeres por la violencia feminicida; sin embargo, estos dos fenómenos además de ser diferentes, responden a circunstancias distintas.
La violencia nunca será un acto para comprar y mucho menos para demostrar quién padece más con la finalidad de desprestigiar el movimiento.
En 2022, 89 mil mujeres y niñas fueron asesinadas en todo el mundo, de acuerdo con la ONU. El 55% de los feminicidios que se conocen, fueron cometidos por familiares o parejas. Se trata de la cifra anual más alta registrada en las últimas dos décadas.
"Las feminazis son extremistas"
Este concepto se lo inventó el locutor estadounidense Rush Limbaugh para referirse a las mujeres que protestaban en la década de los 70 a favor del aborto; una broma “comiquíííísima” que terminaría replicándose en otros países.
Pero es que, ¿de verdad se le ocurrió comparar un movimiento que promovió el odio y crímenes contra la humanidad con el feminismo? Esto nos habla de un profundo desconocimiento de la historia, y del feminismo. Nosotras te recomendamos mantener la calma y responder con una pregunta:
- ¿Qué tiene qué ver el feminismo la ideología del régimen alemán de 1933?
“Pues al parecer, somos las nazis más torpes de la historia, porque nos están matando a nosotras” (Sandra Gonfaus, periodista especializada en perspectiva de género)
"Ya no se te puede decir nada, te ofendes por todo"
Estás muy feliz en la cena de Navidad y, de pronto, de manera inesperada (¿quién podría saberlo?) alguien hace un chiste con apología a la violencia o al machismo, comenta sobre cómo te vestiste, cuánto estás comiendo o sobre si tienes, o no, pareja. Y es entonces cuando sale a relucir el clásico: “Ya no se te puede decir nada...”.
Y es que, como señala la periodista especializada en perspectiva de género Sandra Gonfaus, no se trata de perder el humor o de que "no se nos pueda decir nada", todo lo contrario, es caer en un ejercicio de cuestionamiento. Mostrar nuestra inconformidad o incomodidad ante esta clase de situaciones es justamente, dejar de banalizar lo que ocurre en nuestra sociedad. No normalicemos las bromas disfrazadas de acoso, machismo, ofensas, groserías o que apelen a la violencia.
- Si los comentarios son sobre tu peso o tus elecciones alimentarias, los mejores consejos te los dejamos en este episodio de El Podcast de Eva con Daph Ricalde: Nuestra dismorfia corporal va de la mano con la gordofobia interiorizada.
- Pero si los comentarios son sobre tu pelo (que por qué no te peinas, que porque te lo cortaste así, que por qué no te lo dejas largo, etc.), te recomendamos este episodio con Samantha Mayer: Mi pelo, mis reglas: ¿cómo mejorar la relación con mi cabello?
"Yo no soy machista: me crié con puras mujeres"
Criarse en un hogar de mujeres, siendo hijo, hermano o sobrino no exime a ningún hombre de tener comportamientos violentos y machistas normalizados; crecer rodeado de mujeres cuidadoras y señalar que no se es machista por ese mismo motivo es irónico.
Estas conductas son producto y resultado de las normas sociales o estereotipos que existen; por tradición, normalizamos los comportamientos y asignamos los roles sociales de las mujeres. Desde ahí, hay que reconocer que existen permisos, derechos y prohibiciones diferentes para hombres y mujeres.
El pacto patriarcal no es acordado ni elegido, es forjado desde lo social y lo cultural, fomentando la construcción de nuestro sistema hecho por y para los hombres y que pone en desventaja a las mujeres, indica la feminista Marcela Lagarde. Para profundizar en este tema, te recomendamos leer: ¿Qué es el androcentrismo y cómo se relaciona con el patriarcado?
Asimismo, es valioso hacer un ejercicio de cuestionamiento, ¿quién no fue criado por madres, hermanas, tías, abuelas? Históricamente, la mayoría de las mujeres cumplen el rol de cuidadoras, independientemente de tu género. Ser una persona criada por mujeres no es un acto que exima a los hombres de su posición y del sistema patriarcal.