Lo veíamos venir. El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos no es un hecho aislado, sino parte de un patrón global que está erosionando los derechos de mujeres, personas migrantes y comunidad LGBT+. Este fenómeno tiene un nombre: glotaritarismo.
En entrevista para La Cadera de Eva, la filósofa, poeta y ensayista, Sayak Valencia, investigadora del Departamento de Estudios Culturales del Colegio de la Frontera Norte y autora de Capitalismo Gore, nos explica qué es este concepto que ella misma acuñó y sus efectos en nuestra vida diaria.
¿Qué es el glotaritarismo?
El concepto de glotaritarismo es una conjunción de "global" y "totalitarismo", una fusión de ambas ideas. Surge de una conceptualización desarrollada durante 10 años por Sayak Valencia, referida al "régimen live streaming". Este régimen se describe como una forma de control y conexión a través de redes digitales, que funciona como un gobierno de las poblaciones, especialmente de sus afectos.
¿Y quiénes controlan esta infraestructura digital? Unos cuantos "señores tecnofeudales" que deciden qué información vemos y cómo interactuamos con ella. El autoritarismo, en este contexto, se refiere a la instauración de totalitarismos regionales que se globalizan a través de la gestión necropolítica y la economía financiera global.
Trump: el ejemplo más claro
Cuando Sayak Valencia habla de glotaritarismo, no duda en señalar a Donald Trump como un ejemplo contemporáneo. Sus órdenes ejecutivas en Estados Unidos, que van más allá de sus capacidades presidenciales, manipulan la Constitución y aterrorizan a la población en lugar de escucharla. Esto nos recuerda cómo el autoritarismo puede volver al poder y comportarse de manera deliberadamente violenta.
Bajo argumentos biologicistas, machistas, racistas y xenófobos, Donald Trump ha atacado a mujeres, personas LGBTIQ+, migrantes y comunidades vulnerables. Como te contamos en esta nota, una de sus primeras acciones de gobierno fue establecer definiciones estrictas de sexo y género basadas en una "verdad biológica" sin sustento, lo que es un ataque directo a la diversidad sexual y a los derechos de las mujeres y personas LGBTIQ+.
Otra de las acciones de Trump es el acoso a las personas migrantes con políticas xenófobas y racistas. La cancelación de programas como CBP One, una herramienta para programar citas y facilitar ciertos procesos migratorios, ha dejado a cientos de migrantes en un limbo legal en México, sin acceso a protección.
Las redadas del ICE en lugares como Los Ángeles son un claro ejemplo de este patrón. Más de 200 personas, en su mayoría indígenas mayas y zapotecas, fueron detenidas, enfrentando violencia policial y discriminación lingüística por la falta de intérpretes bilingües.
En esta entrevista Odilia Romero, defensora indígena, subraya que "sin traducción no hay justicia" y que los migrantes son una parte esencial de la economía de ambos países, Estados Unidos y México.
Foto: Cuartoscuro
Sayak Valencia menciona que este autoritarismo plagado de discursos nacionalistas se asemeja al totalitarismo descrito por la filósofa alemana Hannah Arendt en la Alemania de los años 30 y 40.
En su obra Los orígenes del totalitarismo, Hannah Arendt analiza cómo los regímenes totalitarios, como el nazismo y el estalinismo, se distinguen de otras formas de gobierno autoritario por su uso del terror, la manipulación ideológica y la destrucción de la esfera pública y la vida privada de los individuos.
Arendt argumenta que el totalitarismo no es simplemente una exacerbación de sistemas políticos anteriores, sino una forma de gobierno históricamente nueva, caracterizada por su búsqueda de un control total sobre todos los aspectos de la vida.
Al respecto, Sayak Valencia señala que la noción de nacionalismo es una construcción estructurada por y para el Estado, diseñada para gobernar a las poblaciones. Lo describe como una forma de capturar el afecto y crear un sentimiento de pertenencia a través de una "legislación biopolítica" que lleva a aceptar ciertos derechos y obligaciones dentro del Estado.
Además, distingue entre la idea de "nación" y el "nacionalismo". Haciendo referencia a la lingüista y activista ayuujk Yásnaya Elena Aguilar Gil, quien explica que existen naciones sin Estado, como los pueblos originarios, que tienen mucho que decir sobre la pertenencia a la comunidad y la noción de nación sin que esto derive en nacionalismo. El nacionalismo, por el contrario, es una exacerbación de ideales, afectos y miedos de ciertas poblaciones para crear una identidad única y homogénea.
De hecho, en esta nota Yásnaya Elena Aguilar Gil nos habla sobre la "trampa de la inclusión" y la importancia de no dejar que el Estado dicte quiénes somos. Su visión de la nación, nos impulsa a repensar la pertenencia y a resistir a lo que Sayak Valencia denomina colonialismo intermitente.
Necromasculinidad y tecnofeudalismo: las herramientas del poder
¿Cómo se legitima este autoritarismo? Sayak Valencia señala el racismo estructural, donde ciertos cuerpos son deshumanizados y vistos como carne de cañón. También hay una justificación económica tramposa, por ejemplo, en el caso de las personas migrantes se les culpa de quitar trabajos y deprimir la economía. Todo esto se acompaña de un mensaje machista y antifeminista, que no solo se ve con Trump, sino con otros mandatarios como Vladimir Putin, presidente de Rusia o Javier Milei, presidente de Argentina.
La amplificación de estos discursos se debe al tecnofeudalismo, el economista Yanis Varoufakis, quien acuñó el término, no explica qué es un sistema donde los billonarios dueños de empresas como Amazon, Meta, Apple o Microsoft se convierten en los nuevos "señores feudales". Ellos controlan las narrativas, explotan nuestros datos y promueven discursos de odio y discriminación.
Como te explicamos en esta nota, la peligrosidad de esto reside en que el poder de figuras como Trump se refuerza con alianzas con estos gigantes tecnológicos, como Elon Musk. Esto les permite perpetuar el control, desarticular la información verificada y vulnerar los derechos de mujeres, personas LGBT+ y racializadas.
Sayak Valencia, se refiere a esto como "necromasculinidades", formas de masculinidad que se construyen desde el desprecio por la vida y el espectáculo de la violencia en el folclore digital.
Al respecto, Ramón Cortés Cortés, maestro en Estudios del Desarrollo Rural con especialidad en Género-Mujeres Rurales, nos explica en esta nota que la necromasculinidad de Trump, envía un mensaje peligroso a otros hombres: hay "carta abierta" para cualquier manifestación de odio hacia vidas que, según la supremacía blanca, no son dignas de ser vividas.
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La resistencia es colectiva y global
Frente a este panorama, la resistencia es nuestra mayor esperanza. No se trata solo de luchar contra el glotaritarismo, sino de reconocer las luchas que ya están de pie y que nos ofrecen otras imaginaciones políticas.
Sayak Valencia nos invita a ser críticas con nuestro consumo de redes y a crear comunidades de resistencia que no se queden solo en lo digital, sino que se articulen en el "offline".
También destaca la importancia de movimientos como el zapatismo, que trabajan por un mundo distinto y por los derechos de las personas y los territorios, incluso yendo más allá de una visión antropocéntrica para incluir a ríos y al planeta entero en la lucha contra el ecocidio.
Por eso, la resistencia debe ser colectiva, incluyente y decidida. Como dice Sayak Valencia, necesitamos plantear nuevas categorías que nos impulsen hacia la justicia social para las mayorías, abarcando no solo derechos humanos, sino también justicia para los territorios, los animales, las personas feminizadas, la comunidad LGBT+ y las personas racializadas y migrantes.
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