En el marco del 25N, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia hacia las Niñas y Mujeres, es fundamental nombrar a las mujeres mayores, problematizar las desigualdades y violencias que viven la mayoría de ellas, así como el poco o nulo reconocimiento del trabajo no remunerado que siguen realizando y el impacto que tiene en sus vidas.
El cuidado como derecho humano implica cuidar, recibir cuidados y el autocuidado (CEPAL 2022). Este derecho en México es reconocido en instrumentos de carácter vinculante como la Convención Interamericana para la Protección de los Derechos humanos de las Personas Mayores (CIPDHPM), decretada en abril del 2023, donde se exigen (entre otros) los derechos a gozar una vida libre de violencias y contar con un Sistema Integral de Cuidados que tome en cuenta la perspectiva de género y el respeto a la dignidad de la persona mayor.
El trabajo de cuidados no remunerado ha sido impuesto a las mujeres en una sociedad patriarcal y machista que lo considera una cualidad y deber femenino, creando una organización injusta que recae desproporcionadamente sobre las niñas y mujeres, quienes dedican a la semana 15.9 horas más que los hombres a los Cuidados No Remunerados (ENUT 2019), sin embargo, aún no es reconocida suficientemente la aportación de las mujeres mayores quienes, aunada a la discriminación de género, enfrentan la discriminación por edad o edadismo.
La Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (ENASIC) 2022, nos informa que en México habitan 20 millones de personas de 60 años y más, de las cuales se estima que hay 2.9 millones de personas con discapacidad o dependencia y casi dos terceras partes (65.2%) reciben cuidados en su hogar.
Por su parte, de las 17.1 millones de personas mayores sin discapacidad o dependencia:
- 22.4% recibían cuidados en su hogar
- 77.6% no los recibían. De este porcentaje, solo 0.2% asistía a una casa de día, estancia diurna u otro servicio de cuidados, mientras que 3.6% señaló que “requeriría de cuidado adicional”, siendo el de personal de enfermería, persona cuidadora o de compañía el que resultó con el porcentaje más alto (65.1%).
Ahora bien, de las 22.5 millones de personas cuidadoras principales, 2.3 millones son mujeres mayores (10.1%), cerca del total de todos los hombres cuidadores principales.
Foto: Cuartoscuro
Dentro de las múltiples desventajas experimentadas por las mujeres cuidadoras están las afectaciones a su salud como resultado del cuidado:
- 39.1% (ocho millones y medio de mujeres aproximadamente) dijo sentirse cansada
- 31.7% (siete millones) disminuyó su tiempo de sueño
- 22.7% (cerca de cinco millones) dijo sentirse irritada
- 16.3% (cerca de cuatro millones) señaló sentirse deprimida
- 12.7% (más de dos millones) percibió su salud física deteriorada
Solo el 6.4% (dos millones aproximadamente) ha buscado ayuda psicológica, y el 5.3% ha desarrollado una nueva enfermedad o se han agravado las que ya cursaba antes del rol de cuidadora principal.
La carga de los cuidados en las mujeres es multidimensional y profundamente dañina, los síntomas reportados cubren los criterios diagnósticos para inferir trastornos del estado de ánimo y/o por estrés, que explican el empeoramiento de la salud global de las mujeres cuidadoras, restándoles años de vida saludable que favorecen la discapacidad, dependencia y la necesidad de cuidados que a su vez las hacen susceptibles de recibir violencia (Giraldo 2019).
Foto: Cuartoscuro
Por lo anterior, concluyo interpelando a todas en la participación para la erradicación de las violencias contra las mujeres mayores. Así como:
Al Estado con la implementación efectiva y urgente del Sistema Integral de Cuidados con perspectiva interseccional, políticas públicas para desnaturalizar los roles de género, campañas dirigidas a las hijas e hijos de las mujeres mayores para que puedan identificar y apoyar en casos de violencia familiar, capacitar a profesionales sociosanitarios para la detección y atención de la violencia con perspectiva de curso de vida, difusión de los medios masivos de comunicación sobre los cuidados con perspectiva de derechos, género y edad, programas para la prevención de la violencia de género centradas en las mujeres mayores que considere la brecha digital, facilitar la inclusión laboral de para la generación, acceso y control de sus ingresos y el apoyo y solidaridad intergeneracional.
Referencias
Giraldo, R.L (2019) “Maltrato en la vejez: prevalencia y factores de riesgo. Un estudio de cohorte” (con financiamiento del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT)).
INEGI. (2020, noviembre). Encuesta Nacional Sobre Uso del Tiempo (ENUT) 2019 [Comunicado de prensa].
INEGI. (2023a, julio 6). ENCUESTA NACIONAL SOBRE SALUD Y ENVEJECIMIENTO EN MÉXICO (ENASEM) Y ENCUESTA DE EVALUACIÓN COGNITIVA1 2021 [Comunicado de prensa].
INEGI. (2023b, octubre). ENCUESTA NACIONAL PARA EL SISTEMA DE CUIDADOS (ENASIC) 2022 [Comunicado de prensa].
Moran, M. (2023, 15 septiembre). Igualdad de género y empoderamiento de la mujer - Desarrollo sostenible.
Oxfam México. (2021). Diccionario de los Cuidados Un enfoque universal e incluyente.