La desigualdad de género es la limitación de oportunidades y derechos respecto a las necesidades e intereses de cada persona en consecuencia de ser hombre o mujer -o de alguna otra expresión de género- debido a las expectativas y roles que la sociedad ha creado alrededor de cada sexo; por ejemplo, a los varones, se les han adjudicado las características de fortaleza, poder, dominación e inteligencia; en cambio a las mujeres se le ha definido el ser débiles, sensibles y poco razonables debido a su sentimentalismo exacerbado.

Con estos argumentos, por mucho tiempo, las mujeres fueron despojadas del espacio público y solamente podían ejercer el papel de procreadora y cuidadora; mientras que los hombres se encargaban de proveer a las familias llevando dinero a los hogares y trabajando fuera de casa en oficios o profesiones.

El patriarcado y la organización del trabajo doméstico

Esta forma de organización se apoya en el sistema patriarcal, aquel en donde el dominio y el poder es masculino, y lo caracterizado como femenino es subordinado, sustentado por todo un sistema de ideas e instituciones que normalizan la dominación masculina

Han surgido explicaciones justificando esta desigualdad a través de la biología, argumentando que esta distribución del trabajo es por los rasgos físicos y/o fisiológicos de cada sexo. Pero gracias al feminismo se comienza a cuestionar esta idea, pues no hay nada que a los hombres les impida cuidar de otras personas, involucrarse afectivamente con sus hijos e hijas o realizar las labores domésticas. 

A pesar de los avances y la visibilidad que se le ha dado al tema, esta problemática es vigente para quienes llevan a cabo los trabajos de cuidado, quienes en su mayoría son mujeres. 

¿Qué es el trabajo de cuidados?

Los trabajos de cuidados se refieren a las actividades que se realizan para preservar el bienestar de las personas, tanto el cuidado directo hacia personas con discapacidad, las infancias, las personas adultas mayores o en alguna otra situación en la que se encuentren vulnerables. Estas actividades pueden ser también de cuidado indirecto, que son aquellas que se conocen como tareas domésticas: limpiar, hacer de comer, realizar compras, lavar, planchar, entre otras más. 

Desgraciadamente, muchas mujeres en la actualidad viven con la sobrecarga de los trabajos de cuidado y particularmente en el caso de México, aún se ve un retraso en cuanto a políticas públicas suficientes para poder lograr una igualdad de circunstancias en cuestión de género.

¿Cuáles son las problemáticas concernientes a la sobrecarga de trabajo de cuidados hacia las mujeres?

Existe en general, un poco o nulo reconocimiento que se le da a las personas que realizan las labores de cuidado, tanto socialmente como económicamente, pues si no hubiera personas que ejercen los trabajos de cuidado, no habría manera de que se realizaran las labores necesarias para el bienestar de las personas que conforman las familias. Incluso, estas actividades ni siquiera son vistas como trabajo, se desvaloriza y se les abandona a las personas cuidadoras, y ni hablar de una remuneración económica.

Al ser la mayoría mujeres las que llevan estas labores, muchas no pueden permitirse entrar en el mercado laboral, pues deben escoger entre trabajar o cuidar a sus familias. Y en realidad no hay mucho que pensar; la dinámica del mercado no da más opciones, lo que las hace más vulnerables a diversos tipos de violencias, porque quien lleva dinero a los hogares es quien regularmente tiene el poder, por lo tanto, no tienen la misma economía e independencia que la persona con remuneración económica, quien es regularmente un hombre. 

Las mujeres que laboran fueran de los hogares, no se escapan de participar menos en los trabajos de cuidado, pues al llegar a casa deben de cumplir con la doble jornada que implica cuidar, alimentar, lavar la ropa, los trastes, hacer compras, entre otras cosas, para mantener el bienestar físico y mental de toda la familia.

La problemática en números

La brecha de género es marcada por las horas que dedican los hombres y las mujeres a los trabajos de cuidado, lo cual tiene una diferencia muy significativa. Según el INEGI, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, por medio de la ENASIC Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados, nos muestra que las mujeres dedican en promedio, 37.9 horas a la semana a las diferentes actividades que integran los trabajos de cuidado, mientras que los hombres, dedican 25.6 horas. La diferencia es de más de 12 horas semanales.

El conocimiento de estos números es de suma importancia, pues es la primera vez que conocemos estos datos en México y a través de ellos se puede entender la desigualdad en cuanto a los trabajos de cuidado y cómo se puede actuar, para la mejora de la vida de las mujeres y que tengan mayores oportunidades para desarrollarse.

Sigamos analizando y cuestionando los papeles de hombres y mujeres en la sociedad que se han impuesto para seguir cerrando la brecha de género con la finalidad de que sean reconocidos y distribuidos los trabajos de cuidado sin importar el género.

Se pretende que sea un hecho que los trabajos de cuidados no sean exclusivos de las mujeres y haya un justo reparto de los mismos.

Si bien, la situación ha ido cambiando y los hombres cada vez más se involucran en algunas tareas del hogar, los esfuerzos no han sido suficientes. Es un trabajo en conjunto de la misma sociedad, del Estado, las instituciones y sector privado, que en conjunto permitan una integración de las mujeres no solo al mercado laboral, si no que se siga trabajando en sus derechos y en las propuestas que surjan, como una Red Nacional de Cuidados o las licencias de paternidad y maternidad en igualdad, para que no se recargue la crianza y tareas domésticas mayormente en las mujeres. 

Referencia:

Instituto Nacional de Estadística y Geografía (23 de octubre, 2023) Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados. ENASIC, 2022

Shadany Godoy Cabadilla

Estudiante de la carrera de Sociología en la Facultad de Estudios Superiores Aragón, interesada en investigar las problemáticas actuales con perspectiva de género.

Tania Lizbeth Meléndez Elizalde

Socióloga, maestra y candidata a doctora en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM. Docente en la carrera de Sociología en la FES Aragón UNAM. Líneas de investigación: sociología de la familia, sociología de la religión, perspectiva de género, cambio social y cultura.