La democracia es el término que, por excelencia, aprendemos desde el primer contacto con la educación básica: el tipo de gobierno que permite a la ciudadanía ser escuchada. Este término que proviene del griego "demos" y "kratos" (pueblo y gobierno, respectivamente), se interpreta como: gobierno del pueblo.

En este artículo explicaremos por qué es necesario continuar modificando y encuadrando el concepto de democracia de acuerdo con las necesidades históricas, culturales y sociales. En México, en este momento, impera una necesidad: la de cruzar el feminismo con la democracia, una cuenta pendiente a 70 años del derecho al voto de las mujeres.

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17 de octubre en México: el inicio de una revolución feminista

Desde la concepción de los sistemas políticos, las mujeres han sido colocadas en una posición de subordinación y nula representatividad en la toma de decisiones. Por ello, cuando se piensa en una democracia también se debe pensar en feminismo, pues no se puede hablar de equidad y de igualdad hasta lograr una relación estrecha entre ambas.

Esta concepción no es nueva y la participación de las mujeres ha sido entendida como una de las herramientas más poderosas para la vida institucional de nuestro país. En este sentido, conmemoramos el 70 aniversario del sufragio femenino, es decir, 70 años de que el Diario Oficial de la Federación reconociera en plenitud la ciudadanía de las mujeres y su derecho a participar en la democracia mexicana.

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Esta lucha fue constante y avanzó de manera paulatina gracias a la presión de mujeres feministas al sur de nuestro país quienes gestaron una serie de discusiones donde expusieron la importancia de las mujeres en la vida política, la igualdad, su derecho a la educación, al progreso y por supuesto, la ciudadanía. Sus aportes dieron paso a que en 1923, Yucatán fuera la primera entidad en reconocerlas, 30 años antes del sufragio femenino a nivel nacional.

Un breve recorrido por la lucha hacia una democracia en paridad

  • 1937: Lázaro Cárdenas promueve una reforma para reconocer los derechos políticos de las mujeres. Ésta fue aprobada por la Cámara de Diputados y el Senado, sin embargo nunca fue promulgada ni publicada en el Diario Oficial de la Federación, lo motivos se desconocen.
  • 1947: Miguel Alemán promueve una reforma para que las mujeres puedan participar en los comicios municipales.
  • 1953: Adolfo Ruiz Cortines prometió en campaña lograr el voto femenino, por lo que al subir al poder realizó una iniciativa de reforma para modificar los artículos 34 y 115 sobre los derechos políticos. En esta reforma se incluyó a las mujeres y fue decretada y agregada al Diario Oficial de la Federación el 17 de octubre de 1953.

Ahora bien, la lucha por lograr la equidad -no sólo la paridad- en los espacios políticos continúa gestándose en nuestro país, por ejemplo, con la iniciativa de la alternancia política promovida por diputadas, lo que significa una reforma a nuestras leyes para lograr una gobernación alternada entre hombres y mujeres para el 2024. Lee más aquí

Lograr cambios sistémicos y equidad requiere de un trabajo colectivo que tenga como eje el feminismo. La lucha por la vida política de las mujeres no ha terminado, señala en entrevista con La Cadera de Eva Lorena Vázquez Correa, investigadora del Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República.

La investigadora también explica que para que la democracia sea plena necesita la inclusión de mujeres, algo que las feministas paritaristas han puesto en la agenda pública. Sin mujeres, no hay democracia.

“La democracia debe reflejar la composición de toda la sociedad y esto incluye a personas afromexicanas, de la diversidad sexual, migrantes, de comunidades indígenas y grupos históricamente vulnerados. Su participación es prioritaria en la toma de decisiones”, explica Lorena Vázquez Correa.

¿Qué es una democracia feminista?

Antes de abordar en qué consiste una democracia feminista, es necesario cuestionarla y entenderla desde dos de las resistencias más frecuentes en cuanto a su abordaje:

  • "La democracia es algo que ha existido siempre y no necesita de ser feminista para funcionar"
  • "Esta democracia sólo velaría por los intereses de las mujeres"

La democracia es un sistema que ha sido cambiante y que es imposible que permanezca siempre inamovible, cruzarlo con el feminismo no corresponde a una creencia moderna, pues en realidad, la democracia fue pensada para mutar constantemente, explica el sociólogo e investigador portugués Boaventura de Sousa Santos en su libro "Conocimientos nacidos en las luchas".

Entonces, ¿la democracia también puede ser feminista? Absolutamente. 

Por otra parte, la escritora Ana Vásquez Colmenares explica que el feminismo no tiene por objetivo priorizar a unas personas por encima de otras y mucho menos, oprimir.

"Lo que se desea es construir relaciones más sanas con las demás personas, construir entornos seguros y amorosos sin sexismo, racismo, clasismo ni violencia de género", señala Ana Vásquez Colmenares.

El libro "Democracia de género, una propuesta inclusiva", de la Fundación Heinrich Böll, hace especial hincapié en que la democracia feminista apela por los derechos humanos de todas las personas para fomentar el diálogo, la información, la participación activa, la negociación y los acuerdos entre diferentes actores de la sociedad.

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Una democracia feminista permite sistematizar experiencias y desde la paridad, contribuir a erradicar la ginopia (la incapacidad de reconocer la experiencia femenina) y construir espacios donde el bienestar deje de ser un privilegio heteropatriarcal.

"Los avances en la situación de las mujeres se persiguen al mismo tiempo que se busca sistemáticamente la inclusión progresiva de los hombres en el compromiso y en el trabajo por la equidad de género, impulsando la corresponsabilidad. Significa buscar sistemáticamente una nueva acumulación de fuerzas para seguir avanzando hacia relaciones de género más justas y democráticas", afirma Lorena Vázquez Correa.

Lorena Vázquez Correa ejemplifica lo anterior con una reforma de ley que establecía que quienes tenían derecho a las guarderías eran las mujeres trabajadoras, es decir, una ley que reproducía estereotipos de género en los que se suponía que las mujeres eran las únicas responsables de cuidar y que, cuando trabajan, son las responsables de prever el cuidado de sus hijes.

Sin embargo, desde la democracia feminista, señala la investigadora, la postura sería que las responsabilidades del cuidado son del padre y de la madre (en caso de una familia heteroparental) y del Estado.

“Se incluyeron a los hombres trabajadores y se les reconoció como cuidadores. La igualdad no es solo en lo público, también en lo privado, por eso, las políticas de mujeres también atraviesan a los hombres”, aclara Lorena Esparza.

"La agenda de las mujeres no se contrapone con otras agendas, hay ecofeminismos, antimilitaristas, antipunitivistas, feminismos que parten desde la inclusión, las agendas feministas incluyentes son compatibles con toda la diversidad”, explica Lorena Vázquez Correa.

¿Por qué es necesaria la implementación de una democracia feminista?

La existencia de una democracia feminista encara directamente las relaciones de poder que han sido consignadas históricamente y que, desde hace siglos, han pautado una relación en desventaja para las mujeres, explica el libro de la Fundación Heinrich Böll.

La democracia feminista, si bien, puede resultar como una propuesta compleja e incluso ambiciosa en México, sería una de las apuestas más importantes en la política de nuestro país, pues trastocaría otros aspectos de la vida pública, por ejemplo, la economía, desglosa el libro. Esto se vería reflejado en prácticas como:

  1. La inclusión de mujeres al mercado laboral
  2. La implementación del sistema nacional de cuidados
  3. Salarios justos
  4. El reconocimiento del trabajo no remunerado

Las legislaturas también son un ejemplo de por qué es importante incluir a las mujeres, añade Lorena Vázquez Correa. En 2014, la reforma política electoral que incluyó la paridad en cargos legislativos locales y federales y que, una vez que se aplicó esta reforma en 2018, se logró por primera vez una tasa alta de participación femenina. Lo que hicieron estas mujeres fue promover serie de reformas que han sido históricas:

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"Las mujeres tienen una incidencia importante en la aprobación de leyes que habían sido ignoradas por el Estado históricamente", acota Lorena Vázquez Correa.